Tras la resaca de una noche electoral que evidenció la fortaleza del PP y el hundimiento de las otras dos formaciones que completaban el pleno del Ayuntamiento de Fuengirola, el PSOE y el Partido Andalucista, sus protagonistas valoraron ayer la nueva disposición de la institución local.

La alcaldesa popular, Esperanza Oña, reelegida por quinta vez, se mostró muy satisfecha por la confianza depositada en las urnas por sus convecinos que le han permitido obtener a la formación que representa, dos concejales más que en 2007.

Rostros serios y alicaídos en la sede socialista donde su candidato, Javier García León, calificaba de «varapalo» el hecho de contar con tres ediles menos para este mandato. «Ha sido un mal resultado pero seguiré trabajando por Fuengirola desde la oposición», completó.

Decepción, igualmente, en los andalucistas que lidera Pedro Morgado, por perder el único escaño que los representaba en el Consistorio. Tristeza que contrasta con la «ilusión» con la que José Miguel López, de Izquierda Unida, y su número dos, Mónica Castillo, encararán estos próximos cuatro años como nuevos ediles de Fuengirola tras doce años de ausencia.