La historia es bastante conocida: grupo busca sello. Sello accede a obtener beneficios sin aportar nada concreto. Grupo desestima el contrato por abusivo y busca otra salida a su disco. Es el día a día entre artistas y discográficas. La industria del disco no está para muchas apuestas y los músicos se sienten desamparados ante la posición de poder de los promotores y distribuidores.

Frente a esta situación, el trío malagueño Maktub ha decidido adoptar una postura combativa. Su lema «Maktub versus la industria musical» es la respuesta a los desplantes de los responsables de las disqueras hacia su primer disco, donde el mestizaje entre flamenco, jazz, reggae, blues y ritmos urbanos, latinos y africanos toma una nueva dimensión gracias a la colaboración de una apabullante nómina de reconocidos músicos.

Ramón Farrán, director de la Orquesta Nacional de Jazz; René Luís Toledo, guitarrista que ha trabajado, entre otros, con Dizzy Gillespie y Carlos Santana y que guarda en sus vitrinas nada menos que diez premios Grammy; Bobby Martínez, saxofonista de Stevie Wonder y Paco de Lucía; el trompetista Manuel Machado, que ha acompañado a Alejandro Sanz, Bebo Valdés y Ketama, y el director de la Orquesta Filarmónica de Montevideo, Álvaro Hagopìan, son solo algunas de las figuras que acompañan a los malagueños Ismael Tamayo, Ale D.C. y Muni Shakarchi –los componentes de Maktub– en su homónimo primer álbum.

«EMI, Sony, Universal y Nuevos Medios se interesaron por nuestro disco. Todos querían el producto», destaca Muni, el guitarrista de la banda, que se lamenta que el cuidado en los arreglos, la producción musical y el original concepto en la mezcla de estilos han sido factores que, contradiciendo todas las normas de la lógica, jugaron en su contra en los despachos de los sellos. «Nos han llegado a decir que el público español no necesita calidad».

Indignados y decididos a no dejarse hundir por los gurús de la industria, los componentes de Maktub tomaron la vía de la autofinanciación para dar salida a su deseado proyecto, que presentarán al público el próximo 25 de marzo en el Teatro Las Lagunas de Mijas. Su objetivo es combatir «con mucha calidad» la filosofía de las empresas de la música.

La historia de Maktub –palabra árabe que significa «lo escrito» y que puede traducirse como «destino» o «lo predestinado»–, arranca a finales de 2005 con una demo «de guitarra y voz» colgada en Myspace que pronto comienza a llamar la atención, contabilizando más de 200.000 descargas. «La reacción de la gente fue sorprendente», declara Ale D.C. Esas primeras canciones fueron después regrabadas en directo, en el salón de la casa del productor Juan Pablo Magarián, y editadas en un DVD. El material fue pasando de mano en mano y de músico en músico. «Llamamos a la puerta de todos y les presentábamos el proyecto. Ramón Farrán vino a hacer el arreglo de una canción y cuando escuchó los demás temas decidió quedarse», relata Muni, que asegura que así pasó con el resto de colaboradores.

Cadena de favores

No hubo compensación económica a cambio, «solo colaboración artística», dicen, y una cadena de favores enorme. «Nos presentábamos con mucho respeto y humildad, porque todos ellos cobran mucho por un sesión de grabación». La lista de músicos que suenan en el disco de Matktub continúa: Alfredo Paixao, Pepe Bao, Goyco Martínez, Toni Romero... «También están Bandolero y El Moro (cajones y palmas de Camarón, Paco de Lucía, Vicente Amigo), con los que coincidimos en el estudio de Madrid, donde ellos grababan el disco Pablo de Málaga de Enrique Morente».

De los tres componentes, solo Tamayo vive de cantar en distintos grupos flamencos. Ale D.C. trabaja en la construcción y Muni hace páginas web. Dicen no buscar el éxito, «con poder vivir de la música nos conformamos». Y no soportan que nadie les trate de convencer de que calidad es sinónimo de fracaso.