Ainhoa Arteta mira de cara los problemas. Toca arrimar el hombro. Comprometida, luchadora y muy trabajadora, la aclamada soprano destaca el esfuerzo del sector para seguir ofreciendo «cosas interesantes», porque considera que la cultura y la educación son «los mimbres de este país, de una sociedad».

En el recital del próximo 21 de octubre en el Teatro Cervantes combinará la grandeza de su voz con la maestría compositiva de grandes clásicos de la lírica. ¿Cómo lo definiría?

Lo hago con muchísima ilusión. Llevo un año trabajándolo e incluso diría que Robert Schumann es una asignatura pendiente desde hace veinte años; nunca encontraba la manera de acometerlo. A través de los años, en los que la vocalidad ha evolucionado y mi carrera también, he podido ponerlo en marcha. Es un recital que para mí es un bombón de principio a fin. La primera parte, todo es repertorio alemán con Schumann, y para cualquier mujer es un regalo: aborda todo el tránsito de una mujer, desde que se enamora hasta que se casa, tiene su primer hijo y se muere su amor. Es de una riqueza emocional y poética importante. Luego está Richard Strauss, que es la primera vez que lo acometo con piano. En la segunda parte, como siempre en mis recitales, hago mi repertorio español y combino dos compositores claves: el primero de ellos, contemporáneo, es Antón García Abril, al que me une aparte de una gran amistad un vínculo profesional importante, y el otro es Manuel de Falla. Creo que es un recital redondo y me hace mucha ilusión hacerlo en Málaga.

La lírica es un género que siempre se ha relacionado con la «alta cultura». Ahora, con los tiempos que corren, habrá notado los efectos de la crisis. Usted, como artista, ¿cómo lo vive?

Estamos achicando agua, arrimando el hombro todos. Desde mi lado me gustaría decir al público que los teatros, auditorios, los programadores, los músicos, los artistas están haciendo un auténtico esfuerzo económico, de ajuste para que se puedan seguir ofreciendo cosas interesantes, nuevas. Es ejemplar el comportamiento que están teniendo todos. Creo que este periodo hay que tomarlo como una oportunidad para poder programar y hacer cosas con la gente que tenemos, mucha y muy buena. Hay grandísimos talentos en España. La gente está comprometida a ajustar cachés e incluso se están haciendo grandes esfuerzos para que los precios sean populares y el público pueda asistir. Somos conscientes de que la cultura y la educación son los mimbres de este país y tenemos una labor muy importante. Nosotros somos parte fundamental para ayudar y conservar estos mimbres y, como tal, creo que se está haciendo un gran esfuerzo.

¿Piensa que la clase política ve la cultura como un lujo y no como una necesidad?

No me voy a meter en política. Obviamente tengo mi opinión. En lo que creo es en lo que puedo aportar como músico. Lo he dicho en la respuesta anterior, la cultura y la educación son los mimbres de una sociedad, con lo cual no lo voy a considerar un lujo sino como algo necesario. Soy muy consciente de la situación y por ello estamos trabajando muy duro para poder salir adelante con las circunstancias que nos dejen.

La producción de óperas se ha complicado bastante por su elevado coste y son más habituales los recitales.

Llevo catorce años haciendo recitales, pero sí es verdad que la ópera se está haciendo en versión concierto para abaratar costes y se está incluso planteando coproducciones para no bajar la calidad. Estas crisis dan más rienda suelta a la imaginación. Bueno, quizá no hay mal que por bien no venga y confío en que todo esto haga que trabajemos más la imaginación y hagamos cosas de interés cultural importante.

Usted, que es una artista mundialmente conocida, ¿cree que sucede igual en el extranjero?

Exactamente igual. No somos un país-isla. Los cachés que se están negociando en el extranjero son muy reajustados. Esta profesión no se hace por dinero sino por pasión. Gracias a Dios que es así, porque hace mucho tiempo que la música no existiría si fuera sólo por una cuestión económica.

¿Qué le diría a la gente que se está formando ahora en un conservatorio?

Que son carreras longevas y que hay que tener auténtica pasión por la música. Se equivoca el que se mete en esta profesión sólo por ganar dinero y por hacer caja; esto no es así. La música es pasión y es arte. A veces ese arte es estratosférico, pero el artista sigue siendo artista.

¿La música clásica ocupa el lugar que le corresponde o tendría que acercarse al gran público?

Ocupa el lugar que le corresponde. Creo que es el público el que se tiene que acercar. En España se ha hecho una grandísima labor y se ha abierto mucho el abanico en los últimos años. Cada vez que voy a los teatros veo al público más entregado y va más a las actuaciones a pesar de lo que está pasando. La labor de la música clásica no es que se baje adonde está el público, sino que éste llegue a entender el lugar que ocupan estos autores y esta música. La labor de acercamiento sí es nuestra.

¿Qué música escucha usted?

Si le soy sincera, cuando estoy en casa oigo la que ponen mis hijos.

¿Su profesión le obliga a prepararse física y mentalmente?

El día que más metódico lo vivo es el que actúo, los demás soy una mamá pluriempleada. Cualquier madre me podrá entender. El día de la actuación la familia lo entiende.