¿Qué cuentan Echanove y usted en las Conversaciones con mamá?

Contamos una preciosa comedia romántica, como la ha definido Juan [Echanove]. Es una obra basada en la película argentina del mismo título, transcrita para el teatro por Jordi Galcerán. Tiene de todo: humor, ternura, actualidad... Se tratan problemas vigentes como la ancianidad. El protagonista es un hijo que se ha quedado sin trabajo y tiene problemas económicos y una hipoteca.

¿Por qué tenía tanto interés en trabajar de nuevo con Juan Echanove?

Porque le admiro como actor, es un animal escénico. Estoy asombrada con su capacidad para actuar, para improvisar sobre la marcha. Además, es el director de la obra. Ha encargado el decorado, las luces... Es muy detallista, disciplinado y puntual. A alguien como yo, que tiene poca experiencia, poco oficio, le enseña multitud de detalles. Con él he aprendido a moverme en el escenario, expresión corporal, recursos... Cosas de las que no tenía ni idea. Los últimos dos meses han sido un curso muy intenso.

Dice que Conversaciones con mamá trata temas actuales. ¿Tiene paralelismo con la realidad social de estos días tan problemáticos?

Sí. El personaje de Juan es un hombre de mediana edad que además de afrontar la hipoteca tiene dos hijos matriculados en un colegio privado, un todoterreno, una suegra que influye mucho en la vida de su hija... Vamos, el tinglado en el que se han metido tantas personas. Así que decide vender la casa de su madre para salir del atasco. Aparecen personajes que no están en la obra pero que son fundamentales para su desarrollo, como el pobre hombre que protesta por las preferentes o el jubilado que no tiene dónde caerse muerto.

¿Va a compaginar la obra con la grabación de la serie Cuéntame?

Ahora estamos de descanso porque tenemos grabada toda la temporada, 19 capítulos. Reanudaremos el rodaje en septiembre; ya nos avisarán.

Usted, que ha sido profesora toda su vida, ¿cómo ve la educación que se imparte en España?

La veo mal, en un momento de dificultad, crítico. No hay posibilidad de entendimiento. Me jubilé en 2000, dando clases de COU, así que la verdad es que no sufrí en mis carnes la Logse. Pasé unos años maravillosos de enseñanza pública en institutos donde se trabajaba muy bien. También viví una degradación molesta para la comunidad educativa. Ahora hay un distanciamiento tan grande entre los políticos y las familias que, como dije, hace imposible el entendimiento.

Y a los actores que inician su carrera, ¿qué consejo les daría ahora mismo?

El mundo de la interpretación es difícil, bastante cerrado. Ahora parece que hay más posibilidades de trabajo en las series de televisión, aunque no está claro. Hay tantos jóvenes entusiasmados que es difícil que accedan. No todos sirven. Que algo te guste mucho no quiere decir que seas capaz de hacerlo bien. La gente que está alrededor de los jóvenes debe decirles si tienen capacidad o no para dedicarse a esto. Hay muchos que lo pasan mal. Yo, que llegué muy tarde, he tenido una suerte realmente extraordinaria.