El Centro municipal de Arte Contemporáneo (CAC) inauguró ayer la exposición Ni animal ni tampoco ángel, muestra de la creadora granadina Marina Vargas que podrá visitarse hasta el 10 de enero. Una doce de esculturas y una fotografía conforma esta exposición cuya temática principal es la reflexión sobre un nuevo concepto de belleza y libertad, además de la crítica de los modelos clásicos.

En sus esculturas, compuestas por polvo de mármol y resina, y recubiertas con poliuretano expandido, la artista cuestiona lo heredado histórica y simbólicamente. Vargas trabaja con formas ya existentes y se las pone en duda mediante una deconstrucción orgánica, modificando por completo el concepto inicial de las mismas. La artista recurre a esculturas que son utilizadas en escuelas de Artes y Oficios o Bellas Artes para enseñar a dibujar, modelar o estudiar anatomía.

Sus obras se caracterizan por el uso de líneas curvas, son formas imprecisas que surgen del diálogo entre los pensamientos y emociones de la artista que plasma como grafía sobre las obras. Además de por el uso de una paleta de colores restringida como el rojo, el blanco, el negro, el dorado y el plateado. La elección de estos colores evocan lo sagrado, una gama cromática procedente de la estética bizantina y otros referentes. Sus obras comprenden temas como su visión particular de la vida y la muerte, la fe y el agnosticismo o el orden y el caos de nuestro tiempo y nuestro pasado.

La artista se encuentra muy influenciada por diferentes corrientes artísticas como el clasicismo, el grecorromano, el renacimiento o el barroco, donde recurre como fuente de inspiración.