­Basta con dar un paseo por el barrio para darse cuenta de que el milagro cultural del Soho aún está un poco lejos de lograrse. Ni el dinero invertido en peatonalizar e iluminar las calles principales, ni un montón de muros pintados han conseguido atraer más público a la zona. Así es el Soho, un barrio nuevo, pero vacío.

Pero no cabe duda, es evidente, que se ha regenerado y la prostitución, que hace años era frecuente durante la noche y causaba quejas y manifestaciones por parte de los vecinos, se ha eliminado casi por completo. A día de hoy ese es el menor de los problemas a los que se enfrenta el Soho. Las obras han servido para mejorar la zona estéticamente y hacerla más segura, sin embargo no se han traducido en algo positivo, pues esto ha despertado el interés de los propietarios en subir desorbitadamente el precio de los alquileres. No es nada raro ver carteles de Se vende y Se alquila colgados en las puertas de los negocios. También persianas cerradas y bares desiertos. Y es que el Soho, no ha ganado público comercial suficiente como para rentabilizar los locales. Algunos comerciantes han tenido que cerrar el suyo mientras que otros, han descartado la posibilidad de abrir un establecimiento en un sitio que saben o intuyen, no va a ser beneficioso. «Local que abre, local que cierra. Los negocios aquí no prosperan y si no se bajan los alquileres, no se pueden mantener ni abrir nuevos» explica la dependienta de una de las tiendas de la calle Tomás Heredia. En ese aspecto, el presidente de la Federación de Comerciantes de Málaga, Enrique Gil, señala que hay una gran falta de comunicación y apunta que el Área de Comercio del Ayuntamiento «debería profesionalizarse y establecer reuniones con los comerciantes para controlar los precios. Cuanto más se espere, peor será para la economía malagueña». Enrique Gil apunta además, el fracaso de las empresas ya instaladas a causa del poco tirón del Soho. La zona no ha sido dinámica nunca, comercialmente hablando y no basta con peatonalizar la calle, afirma.

La concejala de Cultura de Málaga, Gemma del Corral, considera que ese tema «es cuestión de la oferta y la demanda entre los propietarios y los empresarios" y que el Ayuntamiento no puede hacer nada en una cuestión entre privados.

La idea de crear un entorno cultural y artístico en la ciudad no ha tenido el éxito que se esperaba. «Ahora la zona es más segura, no hay ni un 10% de la prostitución que había antes pero para la inversión que se ha hecho, poco fruto da», declara una vecina. Vecinos y comerciantes coinciden en que al Soho le hacen falta más terrazas, actividades y una amplia oferta de locales modernos y atractivos que llamen la atención del público.

La Noche en Negro de Halloween y el mercadillo artesanal que se organiza el primer sábado de cada mes, son prácticamente las únicas atracciones del Soho. «El mercadillo suele atraer a bastante gente, sobre todo en Navidad, aunque ahora está un poco muerto», comenta la dependienta de uno de los puestos. Gemma del Corral reconoce que los vecinos tienen razón pero asegura que «un Barrio de las Artes no se hace de la noche a la mañana». La concejala calcula que, aproximadamente, se han invertido unos tres o cuatro millones de euros en la peatonalización de las calles, la mejora de la iluminación, la creación del MAUS y las campañas de publicidad, entre otras cosas.

Lo último que ha llegado al Soho ha sido el Hotel Room Mate Valeria, en la plaza Alfonso Canales, entre la plaza de la Marina y la calle Vendeja; pero ni rastro de nuevos locales de pequeños empresarios.

Pero no se puede dar todo por perdido. Al menos, no todavía. Es cuestión de seguir potenciando una zona con tantas posibilidades de crecer como El Soho, que tiene una posición estratégica al situarse al lado del centro y estar conectado con otros puntos de interés de la ciudad como el Puerto o la Noria.