Pablo López Torres, un malagueño de El Palo, se fue hace seis años a Madrid con las ideas muy claras; en realidad, lo dice él mismo, quería hacer un statement, un manifiesto: «No voy a tirar de falsa humildad y decir que me fui a Madrid con 21 años a ver qué tal. Yo sabía a lo que iba y sabía que iba a ser difícil. He conocido a gente de todo tipo, he intentado aprender lo que yo creía que era necesario, he observado y analizado el panorama y cuando lo he visto claro he lanzado algo que veía que faltaba». Y lo que faltaba es Sisyphe, una radical firma de streetwear que ya está llamando la atención de los ojeadores más atrevidos de tendencias: su última colección ha sido bendecida con un espectacular reportaje por uno de los faros de la modernidad, la revista Clash. Y todo, gracias a la ambición, inconformismo y trabajo duro -«y algo de suerte», añade- de un malagueño que se inspira y trabaja para la calle.

¿Cómo logra un chico de El Palo llegar a crear una marca seleccionada por Highsnobiety? El diseñador lo recuerda: «No tengo ninguna historia súper inspiradora que contar de por qué hago lo que hago o en qué momento de iluminación se me ocurrió hacerlo; no hay tradición familiar, ni me gustaba coser ni siquiera la moda cuando era niño...». Pero a sí la estética y el «buen gusto»: «Al final todo se reduce a preguntarse cosas como Cuál es hoy en día el uniforme del hombre o Cómo se siente cómoda una chica».

Y a partir de ahí, el trabajo duro para el exestudiante de Economía: «Pues se empieza pagando antes de nada, registros, tasas de autónomo, multas por retraso en el pago de tasas de autónomos... Luego lidiando con la desconfianza y la incredulidad de compañeros y amigos que te rodean, no todos, al ver a quien empieza algo sin recibir a cambio de nada y pasando los meses sin rumbo fijo. Pero con determinación, el apoyo de tu círculo más cercano y, sobre todo, durmiendo poco, las cosas pueden funcionar».

Bless the rebel se lee en el manifiesto de Sisyphe. ¿Qué es ser rebelde para López Torres? «Todo. Pensamos en rebeldía como algo antisistema o contra algo más grande que nosotros al que echarle la culpa de todo. Yo hablo de rebelarte primero contra ti mismo y luego ya si eso buscaremos algún culpable más. Un ejemplo: si te quejas del lunes y estás pensando en el viernes, rebélate contra eso. Es lunes, 7.48 de la mañana y estoy deseando ver qué pasa hoy, la verdad...». ¿Y no es difícil hablar de luchar contra lo establecido en un contexto usualmente tan identificado con la frivolidad y la superficialidad como la moda? «Yo lo veo más como que estoy mejorando la decisión de una persona por la mañana o un fin de semana de qué ponerse. Se lo estoy poniendo más fácil».

Pablo López Torres -y Sisyphe: por El mito de Sísifo, el libro de Camus que le hizo replanteárselo todo- es un melting pot, un cúmulo dinámico de influencias más o menos dispares que encuentran en sus diseños una conclusión lógica: «El streetwear de los 90, el rap, el cine asiático, Albert Camus o la cena de ayer son mis influencias». ¿Y la moda? Lo tiene claro: «El vehículo a través del que cuento algo. En el momento en que no tenga nada más que aportar, me buscaré otra cosa... Aunque no lo veo como un momento cercano».

Está convencido de que todo cambio estético relevante ha venido de la calle. ¿Cuál será el siguiente? «Internet ha acabado con las tribus urbanas como antes las conocíamos. Antes buscábamos el sentimiento de pertenencia a través de la música y estéticas similares. Hoy es todo mucho más interesante ya que todas las tendencias provenientes de esos submundos se han fusionado y estamos ante nuevos escenarios. Quiero pensar que el siguiente estadio es la concienciación sobre lo que compramos y cómo lo compramos, valorar el producto como tal y esa diferenciación entre fast fashion, ya sea Inditex o Aliexpress, y el buen producto».

Reparte su tiempo entre Madrid y Nueva York. ¿Cómo se ve desde allí Málaga? «Es el paraíso. O al menos el paraíso al que volver cuando sea el momento [y añade el símbolo del dólar en su respuesta]. Ahora estoy trabajando mucho entre España y EEUU, explorando nuevos terrenos, a nivel de estilista con mi compañera la fotógrafa Adriana Roslin. En octubre lanzo mi primera colección y ojalá algún día pudiera presentarla allí. Es una ciudad que está creciendo y que tiene todas las de ganar»