Dios ha dicho que hasta aquí basta. Que esto ha llegado ya al límite. Y por eso le pide a Satán que anuncie la llegada del fin del mundo, del Apocalipsis. El ángel caído que aparece ante nuestros ojos tiene la cara y el cuerpo de Manu Sánchez, que nos viene a contar lo mal que lo hemos hecho para acabar así. De esta forma arranca ´El último santo´, el nuevo espectáculo del humorista sevillano que este fin de semana ocupa el escenario del Teatro Alameda y que promete al público un descenso al infierno a base de carcajadas.

¿Qué sube al escenario Taxi?

Taxi es una comedia de enredo muy divertida para el público. La acción transcurre de una forma vertiginosa, de tal manera que uno tiene que estar mirando a la derecha y a la izquierda porque en el escenario hay dos apartamentos. Es la típica comedia de enredo, que de cada vez se va liando más. La historia se sigue perfectamente, está llena de gags y de situaciones cómicas, hilarantes, donde el protagonista está sufriendo permanentemente. Eso hace que el espectador se parta de risa. Cuenta la historia de un taxista que está casado con dos mujeres y vive en dos barrios diferentes en la misma ciudad. El estrés que sufre es indudable. El problema es que está absolutamente enamorado de las dos y no puede vivir sin ellas. Ellas están muy felices sin saber que comparten el mismo hombre.

¿Por qué uno no se puede perder Taxi?

Por lo que cuesta la entrada, uno tiene varias opciones: tomarse unas copas, uno se ríe pero acaba mal; irse a cenar o acudir al teatro, donde uno se va a estar riendo durante hora y media. Además estará feliz durante una semana recordando los gags, o es lo que nos lo dicen los espectadores.

¿Cuál es el éxito de la obra al llevar tanto tiempo en cartel?

Es una comedia que solo en Londres estuvo en cartel 11 años ininterrumpidamente. Hablamos de Londres, que es la capital del teatro junto a Broadway. La verdad es que para que una comedia aguante 11 años seguidos tiene que ser muy buena. Dentro del teatro de evasión y de entretenimiento es una comedia que no me sorprende que haya estado 11 años en Londres en cartel y lleve 30 años representándose por todo el mundo. La historia es sencilla y la gente se ve reflejada cuando la está viendo.

Cuenta con un elenco de lujo. ¿Cuando adaptaron la obra ya tenía en mente los actores?

He elegido el casting. Le he hecho un traje a medida a cada uno de los actores. Los personajes en la comedia original de Ray Cooney no tienen demasiado trasfondo. Por ejemplo, las mujeres están sirviendo a los protagonistas; los policías investigan por qué el hombre está casado con dos mujeres. Son personajes serios y los cómicos son el taxista y su amigo. En mi versión, he dado a cada personaje un traje tirando hacia lo cómico. Todos tienen su momento divertido de tal forma que son seis personajes cómicos.

¿Cómo ha sido dirigir por primera vez un montaje?

Ha sido muy interesante. Hacía tiempo que lo tenía en mente y he esperado a esta ocasión. Me sentía con fuerza, con ganas, con experiencia y con mucha ilusión. Ha sido maravilloso porque he podido controlar la comedia de principio a fin. He controlado los tiempos, los actores, los personajes y he escrito también junto a Alberto Papa-Fragomén la versión. Hemos añadido muchos gags y, por supuesto, la hemos actualizado. Todo ello hace que sientas que no hay nadie por encima de ti.

Taxi lleva 30 años cosechando éxitos por todo el mundo. ¿El humor básico sigue funcionando porque es el que sale del alma y llega a las vísceras de los espectadores?

El humor básico tiene una serie de recursos y de gags que funcionarán toda la vida: si tropiezas, la gente se ríe. Pero Taxi no solo tiene eso, tiene toques de surrealismo y toques de humor absurdo. Es mi estilo. Me gusta el humor blanco, el humor absurdo, el humor ingenioso, el humor inteligente y Taxi tiene un poquito de todo esto pero siempre desde el teatro del entretenimiento.

¿Cómo interpreta la querella contra Wyoming y Dani Mateo o la condena a la joven Cassandra Vera por sus tweets sobre Carrero Blanco?

Lo de Wyoming no lo he visto pero sobre los tweets de la chica, pienso que cada uno puede opinar lo que quiera pero no comulgaré nunca con gente de opiniones extremas. Creo que hay que pararse un poquito, pensarlo diez veces y luego opinar.

¿Hoy en día el gag de Martes y Trece sobre mi marido me pega sería impensable?

Absolutamente. Hay que contemplarlo en el momento. Evidentemente no salía a la luz ni un caso y nosotros hacíamos un humor muy libre. Hacíamos lo que nos daba la gana en todo momento pero nunca quisimos ofender ni humillar a nadie.

Martes y Trece hacía un humor libre. ¿Es posible practicarlo con la que está cayendo?

Se puede hacer humor libre porque vivimos en una democracia. Es lo mejor que tenemos. Pero es responsabilidad de cada uno ponerse freno por respeto a los demás. Es como el caso de Adrián Hinojosa, el niño que soñaba con ser torero y que ha fallecido. Me sumo al dolor de la familia simplemente por el hecho de perder a un niño, le gusten los toros o el mus. A la gente se les ha ido la olla escribiendo todo lo que han escrito contra ese niño.

¿Debería imperar el sentido común?

Absolutamente. Afortunadamente el sentido común impera en la mayoría de la sociedad. La gente con sentido común, la gente normal respetamos a los demás. Si todos respetáramos la libertad de cada uno, no nos encontraríamos con esos tweets tan horribles. También creo que es un poco de cobardía porque se amparan en las redes sociales y creen que es igual lo que digan.

¿Cuál es el límite del humor?

Los límites te los marcas tu mismo. Lo más bonito es la libertad de expresión pero los límites te los tienes que establecer tú. Con sentido común, uno sabe hasta dónde puede llegar. Con la religión, la sexualidad y un conjunto de temas hay que tener cuidado. Hemos hecho humor de todo pero siempre con un poquito de cuidado. Hay que hacer humor inteligente que no ofenda a la mayoría.

¿La bajada del IVA ha sido fundamental para dar aire al mundo del teatro?

Era fundamental. Han sido unos años muy duros. El IVA al 21% era terrible.

Después de la tormenta llega la calma con el IVA al 10%...

Es un respiro enorme. Gana el teatro en todos los sentidos. Se podrán hacer obras con más personajes o si un proyecto funciona regular, irás aguantando. Con un 21%, en el caso de que hubiera beneficio, era mínimo porque los gastos en el teatro son enormes.