Como los gatos ven muy poco de cerca (su nitidez se degrada a una distancia de 30 cm de los ojos y cuanto más cerca menos capacidad de enfocar poseen), una de las herramientas con las que cuentan son las denominadas “vibrisas” o los comúnmente llamados bigotes, que les permiten crear una imagen en 3D, en circunstancias de poca o nula visibilidad y/o nitidez.

El que no vean a menos de 30 cm se debe a su condición de carnívoros cazadores, esto es, al haberse especializado en localizar presas a distancia, su visión está diseñada para enfocar hacia delante y a largas distancias. Las vibrisas les ayudan pues, en distancias cortas y con dificultades visuales.

Los bigotes son uno de los órganos más desarrollados de los felinos. Suelen tener entre 8 y 12 a cada lado de la nariz, son móviles, de un grosor mayor que el pelo, más duro al tacto y lo suficientemente largos lateralmente, como para abarcar más allá de la anchura del gato, si lo miramos de frente (en el apartado “funciones” explicaremos el porqué). Asimismo, el extremo de los bigotes que se ubica en el interior del morro, se haya a una profundidad mayor que el pelaje (tres veces mayor), debido a que en esa base, se encuentran las células sensitivas que permiten el envío de la información a la red neuronal del cerebro.

Las vibrisas se ubican en varias zonas, siendo sus funciones variables según la posición: en la curva de los ojos, en la parte superior de los mismos, a los lados de la nariz, en la barbilla e incluso en la parte posterior de las patas delanteras.

Funciones. Los bigotes ayudan a los felinos a orientarse espacialmente cuando no ven bien, a medir la velocidad del viento, a analizar la temperatura, a comunicarse con otros gatos según la posición en que los sitúen y, los que está en los ojos, como protección hacia estos.

Así, sirviéndose solo de estos, son capaces, por ejemplo, de medir un lugar pequeño por el que pasar, conocer el tamaño del cuenco donde comen o beben (ya que se tienen que acercar a menos de 30 cm y no lo ven bien, como comentábamos al principio), en general, les ayudan a calcular la distancia de las cosas o seres vivos que les rodean.

Los bigotes cumplen más funciones todavía: los hacen muy sensibles a casi cualquier movimiento que se produzca a su alrededor, como herramienta de exploración del entorno incluso en la oscuridad y, en algunos momentos, les sirven de alerta previa a un peligro.

Todas las funciones imprescindibles para la supervivencia del felino que les proporcionan las vibrisas, quedan anuladas en cuanto el gato padece sobrepeso, puesto que dejan de recibir estímulos al no sobrepasar su longitud la anchura del cuerpo del gato (observándolo de frente).

Bigotes hacia delante: al no ver bien de cerca, situarlos en esta posición les permite captar estímulos táctiles y crear en el cerebro una imagen tridimensional precisa de lo que tienen delante. También los posicionan así cuando están alerta.

Bigotes relajados: el gato está tranquilo.

Bigotes muy pegados al morro: el gato se encuentra asustado o enfadado.

Tan importante es para la salud como para que las funciones de las vibrisas queden intactas, que nuestro felino se mantenga en un peso adecuado y que no se les corten bajo ningún concepto porque, aunque vuelvan a crecer, les puede causar dolor, molestias y sensación de indefensión por no tenerlos tal y como son. Como señalábamos al principio son los órganos más importantes y desarrollados de los felinos, así que mejor mantenerlos en buen estado e intactos.