No es por iniciar contiendas fratricidas pero da la sensación de que el cine latinoamericano le ha ganado la partida al español en su primer Festival de Málaga conjunto, en su primer certamen de cine en español. Echando un rápido vistazo al aparentemente (numéricamente) equilibrado palmarés de la Sección Oficial de Largometrajes la sensación es que el audiovisual iberoamericano se lleva un botín más significativo de biznagas. Ojo, que no es cosa de este jurado: muy llamativo es que el público también le haya dado su pulgar hacia arriba a una película latinoamericana, la estimable 'Últimos días en La Habana'. Está claro: el cine latino ha llegado a la gran liga del festival malagueño para quedarse. Lástima que el certamen, siempre preocupado por no incomodar y por agradar a todos los sectores, estipule en sus bases una Biznaga de Oro a la Mejor Película Española y otra a la Mejor Latinoamericana, lo cual, de alguna manera, traiciona el espíritu de integrar ambas cinematografías en un espacio común.

Partiendo de que todo el mundo, incluso los jurados, tienen sus gustos y sus disgustos, analicemos película a película sus méritos (o deméritos) para sus biznagas:

'Verano 1993': llama la atención que sólo se haya llevado un premio, el gordo. Lo cierto es que era la cinta favoritísima, y con todo merecimiento. Hablamos de una película que revela a una narradora sutil, atenta al detalle y que sabe compartir emociones, sin explotarlas ni comprometerlas.

'No sé decir adiós': cantadas sus Biznagas interpretativas (lo de Nathalie Poza es un recital incomparable; lo de Juan Diego, un clásico ya en el palmarés de Málaga, a mí me resulta bastante más discutible). Los galardones a Mejor Guión y el Premio Especial del Jurado avalan un título que no es ni mucho menos redondo pero que presenta a Lino Escalera como alguien con cosas que decir.

'La mujer del animal': para el que suscribe, sobrerrepresentada en el palmarés del Festival de Málaga. Pero es lo que tiene basarse en una historia real tan tremenda como ésta, que despierta los sentimientos de solidaridad y compasión del espectador.

'Ultimos días en La Habana': la cinta de Fernando Pérez, un clásico del cine cubano, tampoco apuntala todo lo que promete pero deja momentos y personajes para el recuerdo, como esa Yusisleydis con un memorable monólogo final. Que haya conectado tan bien con el público parece confirmar que el cambio de rumbo del Festival de Málaga no le ha resultado artificial o forzado a los espectadores.

Y un apunte final: escaso bagaje se lleva 'Selfie', de Víctor García León, y otro de los (pocos) títulos imprescindibles que se han proyectado en Málaga. Su humor incómodo, la interpretación de Santiago Alverú y el aire libre que respira la película daban para mucho más en el palmarés.