Gustavo Sánchez ha viajado a New York durante diez años para llevar a cabo este documental , un retrato underground con pretensiones icónicas de una subcultura orgánica y poderosa que se esconde en aquellos lugares de la ciudad más famosa del mundo donde nadie se digna a mirar.

Al principio de I hate New York se puntualiza de manera sutil que no estamos ante el típico trabajo pro derechos sociales y civiles de la comunidad trans. Esto es verdad y es mentira: en cierta manera el trabajo del director reclama un lugar a tener en cuenta para estas cuatro trans que dejan en todo momento mella con su particular forma de vida con actuaciones reivindicativas e indiscutiblemente pretenciosas. Esta obra sobre la vida de trans marginadas enclaustradas en reductos sociales que solo son capaces de comunicarse con el exterior rompiendo con las reglas de lo establecido, se declara visceral en el momento que la filosofía de sus protagonistas invade la pantalla. Como dice una de ellas: «No puedes cambiar el mundo, solo puedes provocar». Por otro lado la maestría de Gustavo Sánchez radica en su vuelta de tuerca, en ese otro lado de la historia menos oscuro y humano donde deambulan humanidad, poesía y sentimientos encontrados. Todos representados en la cinta en la justa medida como hacen los que saben de trasladar mensajes.

I hate New York como documental desnuda una fuente de pensamiento único y reflexivo proveniente de un lugar donde se supone no puede haber nada de provecho: artistas evocados al olvido, vampiros de ego y mundo propio, paraísos nocturnos, y las miles de personas dedicadas en cuerpo y alma de lo que el resto de la sociedad ignora, como consta en sus fantásticas imágenes de archivo. Es muy importante escoger a tus Dioses, advierte una de sus protagonistas a la par que critica a esa «masa sin cantera» cuando habla de sus fans, consciente de que pertenecen a una época donde todavía significa algo conseguir lo que quieres en la vida a pesar de ir en contra de los demás sabedora de que el único camino es la autoaceptación.