El seguimiento de la huelga convocada por el Sindicato de Médicos fue muy desigual en los centros de Salud de la capital. Mientras que en algunos hubo que dilatar los plazos de espera, en otros la incidencia fue menor, incluso imperceptible si se tiene en cuenta la naturalidad con la que se asumen las colas en el sistema público de la región.

En ambulatorio Alameda-Perchel, por ejemplo, apenas se registraron incidencias y los ánimos estuvieron atemperados. A la hora en la que estaba previsto el parón, que se extendió entre las diez de la mañana y la una de la tarde, la tónica no se salía de la tónica y el funcionamiento era similar al de todos los días. Nadie, al menos hasta el mediodía, había constatado síntomas de anomalía, a excepción de dos o tres pacientes que expresaron su temor por los posibles efectos de la movilización.

Los pacientes consultados por este periódico, escogidos con intención demoscópica y de diferentes perfiles de edad, confirmaron los escasos perjuicios ocasionados por la huelga en el citado de centro de salud, aunque aprovecharon para manifestar sus quejas en torno a la atención. Algunas de ellas relacionadas con las reivindicaciones de los médicos y el escaso tiempo que se dedica a cada paciente debido a la masiva afluencia de pacientes.

Distinta tensión exhibía el ambulatorio de la Victoria, donde las opiniones fueron más diversas, e incluso, encontradas. Algunos pacientes aseveraron a este periódico que la puntualidad y el servicio no se había visto afectado, salvo en casos puntuales. Otros, sin embargo, cifraron el retraso en la atención en alrededor de treinta y cinco minutos, un plazo que, en su opinión, no es habitual.

Donde más repercusión tuvo la movilización fue en los centros de Carranque, Portada Alta y Ciudad Jardín. Allí, señala el sindicato, los médicos se sumaron a la convocatoria de manera mayoritaria, al tratarse de los ambulatorios más afectados por los problemas que denuncia.

García explica que la diferencia estriba en la propia dinámica de cada centro. "En algunos no tienen nadie de baja y tienen menos vacantes que cubrir en verano, pero otros necesitan que se garanticen las sustituciones al cien por cien", puntualiza.