El incremento de la población activa que experimenta Málaga año a año es una de las razones de que el paro siga desbocado en una provincia que ostenta actualmente la mayor tasa de paro de toda España. Según la última Encuesta de la Población Activa (EPA), correspondiente al segundo trimestre del año, un total de 214.400 malagueños, el 28,92% de las personas activas, están en el desempleo.

La denominación de población activa, que incluye a ocupados y parados, hace referencia al colectivo en edad de trabajar (a partir de los 16 años) y que además se muestra en disposición de hacerlo, sin que haya circunstancias familiares o de cualquier otro tipo que les condicionen a no aceptar una oferta de empleo.

Pues bien, ocurre que mientras en toda España el llamado ´efecto desánimo´ ha llevado a la población activa a frenar su incremento, en Málaga se siguen registrando unos números que explican en parte que la provincia, pese a su potencial económico, registre tales tasas de desempleo. Si hace dos años, cuando se iniciaba la crisis, la población activa era de 703.000 personas, con una bajísima tasa de paro de sólo el 10,22%, en la actualidad el colectivo suma ya 775.000.

La subida ha sido de 72.000 personas en estos 24 meses y de nada menos que 48.000 sólo en el último año. La relativa juventud de la población malagueña en comparación con otras provincias y la llegada persistente de inmigrantes con sus familias en años anteriores andan detrás de una tendencia que no parece tener pausa. Además, ha reflotado la bolsa de paro oculto: normalmente mujeres que, al perder su pareja el trabajo, pasan de inactivas a demandantes de empleo y, por tanto, activas desocupadas.

Deudas y paro. Así lo refleja la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT) en su último informe, donde se destaca que, contrariamente a lo que ocurre en España y en Andalucía, "en Málaga no se aprecian síntomas del efecto desánimo propio de estas épocas de crisis, ya que su población activa sigue creciendo a unos ritmos interanuales del 6,7%". Mientras tanto, la comunidad andaluza crece a ritmos del 3,5% y el total nacional lo hace al 1,2%.

El fenómeno no es nuevo y ha sido advertido por la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM). El vicepresidente ejecutivo de la CEM, Javier González de Lara, se ha quejado muchas veces de que, a pesar de haber creado 230.000 empleos netos en una década (con máximos de 40.000 en un año), Málaga nunca lograra bajar ni en los mejores años del ´boom´ económico del 10% de paro.

Es más, en esos años de vertiginosa expansión laboral, el paro incluso llegó a repuntar debido al ´efecto imán´ de la provincia: miles de inmigrantes, además de nacionales de Cádiz, Córdoba o Granada, se incorporaron al mercado laboral de la mano de la construcción.