Alhaurín de la Torre fue una de las localidades de la provincia que ayer más sufrieron los efectos del temporal. A las ocho de la mañana tuvo que ser activado el plan de emergencias municipal ante la tromba de agua que anegó viviendas y causó destrozos en varios puntos del municipio, obligando incluso al corte de caminos y el desalojo de un colegio, el Algazara de Retamar.

Más de 150 operarios del Consistorio, Policía Local, Protección Civil, Bomberos y seis máquinas trabajaron en el dispositivo, que tuvieron que intervenir en 187 incidencias que se habían contabilizado hasta la una de la tarde, aunque la mayoría de los avisos se dieron entre las ocho y media y las diez, cuando la lluvia fue más intensa.

Las zonas más afectadas fueron las urbanizaciones Retamar, Capellanía y El Lagar, donde se anegaron las plantas bajas de las casas. Los servicios de emergencia también actuaron en dos viviendas en las calles Málaga y Cantarranas del centro, que estaban pendientes de rehabilitación y que tuvieron que apuntalar para prevenir posibles derrumbes.

En las barriadas Torrealquería y El Peñón, el agua también inundó dos casas y en una de ellas alcanzó hasta dos metros de altura.

En la urbanización Pinos de Alhaurín y la avenida Miguel Lacha, que es su entrada principal, la crecida del arroyo del Cura provocó que los servicios de emergencia tuvieran que rescatar dos coches que habían quedado atrapados cuando intentaban atravesar el cauce. Igualmente ocurrió en el arroyo del Valle, donde un todoterreno se vio paralizado a la altura del badén del camino que conduce a la barriada de El Romeral y necesitó la ayuda de los servicios de emergencia para salir.

Los daños de las fuertes precipitaciones también llegaron al polígono industrial, donde se anegaron calles y algunas naves.

Y a media mañana se desalojó por precaución el colegio Algazara de Retamar debido a que el agua había penetrado en algunas dependencias. La intensa lluvia también afectó a la travesía urbana, donde la crecida del arroyo Blanquillo arrastró barro y piedras que obligaron a cortar la avenida. También se derrumbaron muros en Cortijos del Sol, Mirador de Bellavista y en la plaza de San Sebastián.