La vecina de Alhaurín de la Torre Sandra Ruiz y sus hijas, que se encontraban ayer por la mañana en su casa de la urbanización Capellanía, hicieron lo posible para que el agua que presionaba la puerta de la planta baja de la vivienda no entrara en el interior, pero, por más que lo intentaron, no pudieron contra la fuerza del torrente.

Una ola inundó el bajo de la vivienda hasta alcanzar un metro de altura en apenas 15 minutos. "El torrente venía del bajante de la calle y las alcantarillas no podían contenerlo. Como la entrada de la vivienda está por debajo del nivel de la calle pues corría hacia el interior", explicó Sandra aún pendiente de los operarios que achicaban el agua.

Lo peor para esta familia es que la tormenta inundó el lugar donde Sandra tiene su trabajo diario, un centro de yoga instalado en la planta baja de la casa, la que quedó bajo el agua.

Sandra observaba con impotencia como los operarios y los bomberos se afanaban por reducir el estropicio, que había acabado con su oficina.

La avenida de agua se produjo sobre las nueve y media de la mañana y, según contó Sandra, "menos mal que estaban también mis hijas y me ayudaron a desalojar algo de mi sitio de trabajo. Es una sensación de impotencia muy grande y no sabemos si volverá a pasar y encima no tenemos electricidad", apuntó. "Es una angustia muy grande la que estamos sufriendo", lamentó todavía afectada por los desperfectos.

Durante unas horas, los operarios y servicios de emergencia estuvieron achicando el agua del interior de la vivienda, aunque a Sandra y su familia le queda mucho trabajo de limpieza por delante, ya que el torrente dejó una capa de barro en el interior del inmueble que, por el momento, impide que sea habitable.