Francisco Barrionuevo, presidente del Grupo Novasoft, ha sido el gran protagonista de la semana por el terremoto que ha generado su marcha del Club Málaga Valley. Barrionuevo, que creó Novasoft con 500.000 pesetas en 1993 y que fue uno de los primeros inquilinos del Parque Tecnológico, es un ferviente defensor de las empresas locales. Asegura que son la columna vertebral de la tecnópolis y reclama para ellas "más cariño" por parte de las instituciones frente a las compañías que llegan de fuera. Novasoft, con 32 millones de facturación en 2009, ha creado durante toda su trayectoria casi 1.000 empleos en Málaga.

–Ha dejado clara esta semana su defensa del empresariado tecnológico local, articulado en gran parte alrededor del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA). ¿Cómo observa la evolución del parque en unos días en los que también se han conocido sus resultados de 2009? La facturación ha sido de 1.364 millones de euros, un 14% menos que el año anterior, con la primera bajada en ventas de su historia.

–El PTA lo veo en una situación donde está quedando en evidencia quienes son los que los sustentan: los empresarios locales. Hoy día, si pensamos en el parque, todos los nombres que se nos ocurren son los de las empresas que estamos desde que se creó, y que somos las que hemos ayudado a que el PTA sea lo que es. Que las administraciones se planteen que no van a venir ´mirlos blancos´ de fuera y que piensen que los tienen ya aquí dentro. Que se nos empiece a dar más cariño. No significa esto que no nos lo den ahora, pero yo pido que nos den más aún, que no se van a equivocar. Los empresarios de aquí estamos comprometidos con nuestra tierra, alguno puede pasar un tiempo por una situación más compleja, pero estamos ahí.

–Sin embargo, Isofotón, que tiene un origen local, pasa por un mal momento. Es más, la pérdida de facturación del PTA es fundamentalmente por su caída de ventas.

–A Isofotón no la considero una empresa local, tiene unos inversores que han venido de fuera, pero que ahora están dejando al PTA en una situación muy complicada. Yo me refiero a Ingenia, AT4 Wireless, Aertec, Libera Networks, Airzone ... todas ésas son las que demuestran que son la columna vertebral del parque.

–¿No lo son las de fuera?

–Estamos cansados de ver a empresas llegando y yéndose, y dejando en una situación complicada al PTA. Todos los que lleguen bienvenidos sean, pero la solución no viene de fuera, viene de apostar por el empresario local. Ese tema está quedando claro con lo que está ocurriendo. En todas las empresas que he nombrado no hay ninguna que haya hecho un ERE o que haya dejado tiradas las ayudas que se hayan podido recibir para sus proyectos de I+D. Que tomen buena nota las administraciones públicas de que los que están soportando al PTA son los empresarios locales, sin olvidar los cientos de pequeñas empresas que son las Novasoft, las Libera o las Airzone del futuro. A ésas es a las que hay que apoyar, sin que se corten las ayudas.

–Pues los planes presupuestarios del Gobierno parece que van encaminados a reducir los fondos en investigación para atender gastos sociales, ¿qué le parece?

–Me preocupa mucho el recorte de ayudas públicas a la I+D+i porque afecta a todo el sistema de innovación andaluz. Las dos patas que sustentan el sistema son los equipos de investigación universitarios y las empresa de base tecnológica. A esas dos patas no se les puede cortar la financiación en estos momentos. Sería un error de una dimensión increíble.

–¿Cómo marchan ustedes? En 2005 vendieron lo que era su principal división, Novasoft Sanidad, a la multinacional iSOFT. ¿Se ha establecido ya la empresa en otros nichos de mercado para paliar este vacío?

–Vamos razonablemente bien. No podemos decir que todo esté perfecto, porque sería poco oportuno, pero se han hecho bien las cosas. En 2005 previmos que acababa la etapa de una de nuestras filiales, la del software hospitalario que representaba Novasoft Sanidad. Vendimos, hicimos un reparto de dividendos y capitalizamos la empresa muy fuertemente. Luego entró Unicaja en el accionariado. Todo eso hizo que la compañía entrara en esta época compleja de la crisis con una posición muy poco apalancada, sin deudas y eso en parte es una de las claves por la que estamos sufriendo menos.

–Manifestaba usted por aquel entonces una cierta amargura por el hecho de ninguna entidad financiera, sobre todo las cajas de ahorro, le hubiera ofrecido apoyo para tratar de retener esa división sanitaria, ¿sigue pensándolo hoy día?

–Es cierto, lo pensaba en aquella época y lo sigo pensando ahora. El sistema financiero español no tiene claro los actuales preceptos de Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Las cajas piensan que con la obra social cumplen con esta faceta; es un parte, y la cubren muy bien, hacen una labor increíble, peo su misión trascendente es dar créditos al sistema productivo (digo al sistema productivo que no al especulativo) para que éste tenga capacidad para desarrollar proyectos de valor y crear puestos de trabajo. Esa percepción, creo, está dicha por mucha gente.

–¿Mete a todas las cajas en el saco?

–A unas cajas más que a otras. Unicaja lo ha hecho muy bien en estos años y hay que reconocérselo, ha mantenido sus resultados y es la mas fuerte, por algo será. Otros no lo hicieron tan bien, se metieron en el mundo del ladrillo y allí pusieron todo su lucro, y ahora no tienen capacidad para dar crédito a las pymes. Este problema se ha revelado con la crisis, y ahora el regulador, el Banco de España, está poniendo de su parte para que esto no ocurra.

–¿Fue duro vender Novasoft Sanidad?

–Sí, la otra amargura que tuve entonces es que todo el mundo pensaba que nos retirábamos, que habíamos vendido y nos quitábamos de en medio. No, señores, les decía hemos vendido una filial porque había que hacerlo, y hoy, esa empresa que vendió funciona, mantiene los puestos de trabajo e incluso es sede de desarrollo para iSOFT, que es la firma a quien vendimos. Me siento orgulloso de decir a boca llena que desde el año 93 hemos creado 1.000 puestos de trabajo directos, sumando los 180 cuando vendimos a iSOFT en 2005 más los 800 nuestros que tenemos ahora. Tenemos 150 ingenieros de software y dos edificios construidos en el PTA. Ésa es la realidad, le podemos poner toda la subjetividad que queramos, pero nadie puede rebatírmela.

–¿Qué se vendió exactamente a iSOFT?

–La venta consistió en un goodwill (fondo de comercio) con unos activos (aplicaciones) que teníamos en propiedad. No se vendió la marca Novasoft, y la única limitación fue que durante tres años no podíamos hacer software sanitario. Esa exclusividad ya ha pasado pero seguimos sin hacerlo ahora porque entendemos que hay que ser éticos en la vida. Hemos vendido una división de software sanitario, no vamos a ir hacerle competencia, aunque legalmente podamos ya.

–¿Y ahora?

–Pues seguimos en el tema de la sanidad, pero a nivel de servicios. Tenemos dos uniones temporales de empresas (UTE), una con Sadiel en Andalucía y otra con Telvent en Castilla La Mancha, lo que nos hace tener desplegado personal por los centros de salud y los hospitales de estas dos comunidades para dar servicios electrónicos de red y sistemas informáticos, pero no del software, que eso lo hacen los fabricantes.

–¿A qué más se dedica Novasoft?

–Hemos transformado Novasoft desde 2005. Ha sido una revolución total, aunque se han mantenido algunas de las líneas de negocio estratégicas. Por un lado, el desarrollo de software al margen de la sanidad, por otro las telecomunicaciones, con la adquisición de una compañía de Extremadura, a la que hemos rebautizado como Novasoft WIFI, con licencia para trabajar como operador. Dentro del software, tenemos más fuerza en el e-goberment, la consultoría de procesos, el e-learning y la formación TIC.

–Como lo cuenta a algunos les sonará algo críptico.

–Se podría resumir diciendo que Novasoft es una empresa intensiva en conocimiento. Transformamos organizaciones a través de la implantación de métodos, procesos y tecnología. Tenemos también grandes proyectos de Business Process Organitation (BPO) como los centros de atención al usuario de la Asociación de Interés Económico (AIE) de las empresas municipales de Sevilla o la Sociedad Andaluza para el Desarrollo de la Sociedad de la Información (Sadesi). Para el Gobierno de Canarias gestionamos la Oficina de Registro Público de Demandantes de Vivienda. Todo esto lo metes en una coctelera y salen 800 empleos: en BPO habrá un 30-40%, en software otro 20% y en administración otro 20%. El resto, en sistemas y en WIFI.

–El mercado estará complicado...

–Si algo nos diferencia de otras empresas es nuestra dedicación plena al marketing, no sólo publicidad, sino estrategia para vender el producto en el mercado. Ésa es otra clave de éxito, tenemos una red muy amplia de venta pateando el mercado y hay una estructura que da soporte al desarrollo de oferta y al seguimiento de clientes. Pocas empresas tienen la capacidad de Novasoft de presentarse a tres concursos públicos diarios en España. El que conoce lo que es ir a un concurso público sabe de lo que hablo.

–¿Reinvierten beneficios?

–Nuestra apuesta es por la I+D+i. Entre un 10% y un 15% de nuestros ingresos los reinvertimos en innovación, y queremos llegar al 20%. Una compañía como la nuestra tiene que estar constantemente reinvirtiendo, buscamos la excelencia empresarial.

–Le pregunto ahora por la crisis, ¿por dónde pasa a su juicio la salida de la misma?

–La empresa es una organización capaz de adaptarse a los cambios, está en su naturaleza, sino es capaz de adaptarse no es una empresa, es otra cosa, y sucumbirá. El modelo productivo en España va a cambiar porque no hay más remedio. Hay un drama familiar y social importante para muchas personas no cualificadas que va a sufrir durante algún tiempo, que no hay trabajo para ellos. Toca formar a esa persona, especializarla de cara a conseguir empleo. Hay que poner muchos recursos, pero me consta que se está haciendo. Y a las empresas que tenemos ese oasis en el desierto que es el PTA, no dejemos de apoyarlas porque es apoyar el cambio de modelo productivo.

–Málaga lo tiene difícil, con tanto parado de la construcción y de los servicios.

–Bueno, pero no nos dejemos arrastrar por esos problemas o no conseguimos nada, las instituciones deben poner recursos para que se mitigue la difícil situación de tantos parados, pero eso no quita para que se siga apoyando al tejido productivo, ésa es la clave.

–¿Qué opina de la posible reforma laboral?

–Diría que, tal y como se está planteando, los empresarios no han estado muy finos. Es cierto que pagamos seguros sociales muy altos que deberían ajustarse, pero sobre todo se trata de hacer una política que beneficie a las empresas que crean puestos de trabajo. Todas las empresas no pueden beneficiarse, la empresa que durante la bonanza vivió muy bien y ahora en tiempo de mal dadas despide a todo el personal, encima no se le puede dar premio. Que remonten el vuelo, y las que no, que tomen la decisión que tengan que tomar. Pero, volviendo la reforma, creo que la solución, como está el patio, no está en un recorte de cuota patronal y de seguros sociales. No es la solución ahora mismo, aunque vendrían bien. Lo que proponen de un contrato único o lo de quitar burocracia simplificando trámites sí puede ser acertado.

–¿Y abaratar el despido?

–En esta situación, abaratar los despidos es como poner el zorro en el gallinero, habría más paro porque se despediría más. Bien es cierto que algo hay que hacer. El despido es una situación de muy última instancia en una empresa de excelencia, y cuando llega tampoco se trata de no pagar al empleado lo que le toca recibir. A lo mejor hay que buscar simplificación en los procesos, pero no abaratarlo, no lo creo.