Unas 15.000 personas, según la Policía Local, y hasta 25.000, según CCOO y UGT, secundaron ayer la manifestación convocada por los sindicatos con motivo de la huelga general, y que de 12.00 a 14.00 horas recorrió las calles de Málaga. La marcha partió de la Alameda de Colón, esquina con muelle de Heredia, y recorrió toda esa calle y la Alameda Principal, girando en la plaza de la Marina para volver por el otro lado de la Alameda y concluir delante del edificio de Hacienda.

Con gritos como el ya conocido «Zapatero, dimisión» o «Así no, rectificación ya», los secretarios provinciales de CCOO y UGT, Antonio Herrera y Manuel Ferrer, respectivamente, se mostraron satisfechos con el seguimiento de la huelga, que cifraron en el 75% de los trabajadores en Málaga, y aseguraron que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, «rectificará sí o sí» en relación a la Ley de la Reforma Laboral. «Después de la campaña que ha habido en contra de los sindicatos, no nos esperábamos este seguimiento», comentaron.

Ferrer recordó que entre los 11 millones de votantes que tuvo Zapatero en las últimas elecciones generales hay muchos trabajadores que le votaron «para hacer una política de izquierdas, y no para hacer una política neoliberal, quitando parte de los derechos conseguidos en los últimos 50 años». Por su parte, Herrera aseguró que al presidente no le queda otra que rectificar, «tal y como hicieron otros gobiernos antes que él». En concreto, se refirió a José María Aznar, que tuvo que retirar su Decretazo laboral apenas meses después de que se celebrara la huelga general de 2002.

Herrera, incluso, dijo que esta huelga, a su juicio, ha tenido incluso más contenido que aquella, «porque tenía mayor componente de lucha de clases, y ha tenido una respuesta contundente que demuestra que somos capaces de luchar frente a las agresiones de los poderes económicos».

Altercados al final

A la marcha asistieron representantes políticos como el coordinador provincial de IU, José Antonio Castro, y el concejal del Ayuntamiento de Málaga Pedro Moreno Brenes. IU se llevó una de las mayores ovaciones cuando los sindicatos recordaron que sus parlamentarios autonómicos fueron los únicos en hacer huelga no acudiendo ayer al Parlamento andaluz.

Los manifestantes recorrieron una Alameda de Colón y una Alameda Principal espectral, con los comercios cerrados a cal y canto, después de que los piquetes informativos hubieran recorrido previamente las calles. «Luego diréis que somos cinco o seis», cantaban los manifestantes entre los que, aparte de los banderines de UGT y CCOO, había muchos de la CGT.

El final de la manifestación, como suele ocurrir en estos casos, derivó en algún desagradable incidente, aunque justo es reconocerlo: no por parte de ningún sindicalista sino de algunos grupos más descontrolados que se unen a estas marchas. Como la protesta acabó en el edificio de Hacienda, estas personas se dirigieron a El Corte Inglés para tratar de armar algo de jaleo. La policía acordonó una de las puertas del establecimiento, y se vivieron escenas de tensión por parte de los manifestantes, que coreaban a los agentes consignas como «Éste es un piquete de la patronal».

Con el paso de los minutos, el ambiente se fue calmando, y el reducido grupo de manifestantes se fue cambiando de puertas para tratar de despistar a los agentes. En un momento dado, uno de estos jóvenes increpó y atosigó a dos clientes que salían de la superficie comercial, y los policías trataron de que desistiera de su actitud. En ese momento, otro de los manifestantes, que portaba un casco de moto, golpeó uno de los escaparates y tuvo que ser reducido por los agentes.

Hubo entonces un par de carreras protagonizadas por el grupete (alguna de ellas sin que los policías, en realidad estuvieran siguiéndolos) y afortunadamente poco más. Según fuentes institucionales, el rifirrafe se saldó con tres detenidos y tres agentes con heridas leves.