Los años de bonanza demográfica tocan a su fin en España, pero ni por ello perderá Málaga su poder de atracción de nuevos habitantes. Así lo ponen de manifiesto las proyecciones de población elaboradas por el INE, que sitúan a la provincia como la segunda que más habitantes ganará en la próxima década, sólo superada por Madrid, pese a la situación de crisis económica y las todavía altísimas cifras de paro.

Para España las previsiones no son muy esperanzadoras: una tendencia decreciente, con un aumento del 2,7% y sólo 1,2 millones más de residentes entre este año y 2020 –entre 2000 y 2010 el incremento fue de 5,9 millones de personas (14,8%)–. Todo lo contrario para Málaga, que no pierde su condición de locomotora. La población crecerá en 124.213 personas, el segundo aumento absoluto más alto del país, el mismo puesto que ocupará en crecimiento anual, sumando 12.421 nuevos residentes cada año. En términos relativos, el crecimiento será del 7,86% –el quinto de España–, una cifra que no obstante se aleja de la registrada en la primera década del siglo, cuando la provincia ganó 330.000 habitantes y aumento un 26% su población.

Para 2020, el INE prevé para Málaga 1.704.220 habitantes. La provincia se mantiene como la sexta más poblada y se libra de la situación de otros puntos que tradicionalmente han atraído a nueva población, como Barcelona o País Vasco, que perderán vecinos. En la buena situación que se plantea para Málaga tendrá mucho que ver la inmigración, aunque ésta verá reducido sus números de llegada, ya que se espera una llegada de alrededor de 17.500 extranjeros al año, cifra muy alejada de los años del «boom», cuando la provincia recibía hasta 30.000 inmigrantes anualmente. En cuanto a la inmigración procedente de España, Málaga sumará anualmente casi 24.000 personas, un dato que también se estanca.

A nivel nacional, la población llegará a los 47,2 millones y el flujo inmigratorio caerá un 54%, con una media fijada en 460.000 llegadas al año, frente al millón que se registró, por ejemplo, en 2007.

Los crecimientos poblacionales serán más altos en Málaga en la población mayor de 65 años, y se reducirá en la de treintañeros y bebés. No obstante, los nacimientos no caerán en picado, sólo bajarán en unos mil y se quedarán en torno a los 17.000 anuales.

Según este estudio, la población andaluza crecerá el 5%, lo que supone 409.963 residentes más en los próximos diez años y pasará de 8.206.076 a 8.616.039 habitantes. El aumento se sostendrá, básicamente, en Málaga y Sevilla, mientras que Jaén podría ser la única provincia con descensos.

En la próxima década se matendrá en el país el descenso continuado de la natalidad, determinado por el hecho de que están entrando en edad fértil generaciones de mujeres menos numerosas, nacidas en los 80 y primeros 90. La edad media para la maternidad se quedará en 31 años. Además, se mejorará la esperanza de vida, que aumentará en el caso de los hombres en 1,7 años, hasta los 80,1 años, y en el de las mujeres en 1,5, hasta los 86,1. Eso conllevará un aumento de la tasa de dependencia, que estará en el 55%.