Esta semana se ha inaugurado oficialmente el curso académico universitario y la rectora de la Universidad de Málaga (UMA), Adelaida de la Calle, ve este ejercicio como el decisivo para que la institución dé el salto de calidad que se espera de ella desde hace tiempo: hacer de la tecnología su santo y seña, su bandera. Por el camino, habrá que echarle al trabajo buenas dosis de ahorro, porque el momento no es el mejor para afrontar grandes inversiones.

Uno de sus objetivos básicos para este curso es conseguir que la UMA tenga más presencia internacional...

Estamos saliendo fuera. Yo he tenido un periodo en el que no salía, salían mis vicerrectores, creía que yo tenía que estar trabajando dentro de la universidad, organizando el campus y el espacio europeo. Eso lo hemos hecho, y ahora hago de embajadora de la propia universidad, y devuelvo las visitas de muchos rectores. Intentando promocionar la universidad. Que se visualice.

¿Cómo se capta talento internacional?

Debemos vender las potencialidades de la universidad. Así es como tú atraes al talento, porque el talento se mueve hacia los mejores lugares. Si, además, a eso de que se considere una buena universidad, le vendes un entorno apropiado para crecer lo mejor y lo más feliz posible al talento que viene, aumentas la potencialidad de tu universidad muchísimo.

¿Al hablar de talento se refiere a investigadores de prestigio?

No hay que traerse directamente al Premio Nobel. Digamos que el Premio Nobel es el que da prestigio. El talento está en la juventud, en esa juventud que ha adquirido unos niveles de formación suficientes para seguir ahora desarrollando su intelecto. Ése es el talento que genera más valor añadido y más potencialidad. El otro te da prestigio, puede atraer a talento en su entorno, pero yo cuando hablo de talento lo hago desde el estudiante hasta el ya formado.

El 19 de octubre se conocerá si la universidad logra este año el reconocimiento de Campus de Excelencia Internacional. ¿Qué beneficios aportará?

Conseguir un sello de calidad como la excelencia es un valor añadido. Pero luego existe un compromiso importante, un plan estratégico para desarrollar ese proyecto, cuya duración es hasta 2015. Y ahí se integran una serie de valores importantes, que no es solamente la financiación... que lo es, porque hemos pedido 143 millones de euros para desarrollar mejor nuestras infraestructuras, nuestros centros de comunicación, nuestros entornos, nuestra capacidad de crear residencias universitarias de postgrado y de estudiantes. Osea, que hemos hecho un proyecto que es importante para nosotros mismos, hemos adquirido unos compromisos con todo el conjunto de empresas y agregaciones con el que vamos a ir. Lo cual quiere decir que nuestra capacidad de transferencia se va a multiplicar.

¿Afectará el tijeretazo que el Gobierno le va a dar a la investigación a los proyectos De la UMA?

En el ámbito nacional, hay una bajada del 3,8%. Eso repercutirá en los proyectos del plan nacional de investigación. Esperemos que repercuta sólo en ese 3,8%. Probablemente haya otras partidas que quizás se vean alteradas, que son aquellas que van ligadas a proyectos con empresas, donde hay un descenso mayor. Pero esperemos recuperar eso a través de lo que, queda claro, en Andalucía se mantiene. Y a tener mayor capacidad para contratar con capital privado. Las empresas serán mucho más competitivas.

Es decir, hay que animar a las empresas a invertir en innovación...

Claro. Es algo que ya lo debemos tener claro. La financiación pública, la media española, supera el 75%, y la privada sólo un 25%. Los modelos de inversión a los que queremos aspirar son aquellos que llegan al 40%. Yo me conformo con superar el 25% en principio, para luego llegar a mayor inversión privada, hasta el 40%.

¿Cómo se convence al empresariado de Málaga para que inicie ese camino?

Es difícil cuando hay una situación económica dura. Es más responsable para la empresa que lo considere un valor reembolsable cuando sea, a corto plazo o a largo plazo, pero que piense en que eso genera una confianza en que hay potencialidad para recuperarlo, y podría invertir lo de ahora en lo tangible de después. Nosotros no hemos disminuido la contratación con empresas el año pasado, los valores que se daban en la memoria a principios de curso era que habíamos crecido de forma importante en la contratación con empresas. Yo creo que las mercantiles importantes se están dando cuenta de que necesitan más innovación para ser competitivas y salir antes de la crisis.

¿Son suficientes los fondos que recibe la universidad para hacer frente a todos los retos?

Cuanto más mejor, eso es lo deseable. Pero quiero ser responsable ahora. Esta universidad se sacrifica, pero también consigue unos fondos que han mejorado muchísimo desde los últimos seis u ocho años. Cuanto más tenga más podré dar. Pero siendo responsables vamos a aprovechar lo mejor posible los recursos que tenemos para darle la mayor capacidad de reconversión.

Se aprietan el cinturón...

Por supuesto, hay que apretarse. Sin derrochar, a veces hay más facilidades para movernos, vamos a apretarnos el cinturón con responsabilidad social.

¿Qué supondrá para alumnos y profesores el Plan Bolonia?

Siempre se habló de que el cambio era a coste cero. Eso es imposible. Hemos hecho una buena redistribución de los recursos humanos. Y también hemos contratado, y eso cuesta dinero. Y hemos hecho grandes transformaciones en los espacios que tenemos, para más tecnología, por ejemplo. Aunque sea a coste cero en personal, en medios hemos tenido subvenciones progresivamente, y gracias a ella hemos podido actuar de manera puntual. Se ha hecho todo para que ningún profesor se quede sin las aspiraciones que tenía con Bolonia, y ningún estudiante crea que se ha hecho un cambio importante en la enseñanza. ¿Beneficios? Vamos a tenerlos. Los primeros datos de la implantación de ocho titulaciones ya dan una mejor proporción en cuanto al número de asignaturas aprobadas respecto de las matriculadas. El estudiante aprueba más, suspende menos, eso es un dato positivo. Ahora vamos a transformar el acceso del estudiante al mercado.

El último informe de la OCDE no deja muy bien paradas a las universidades andaluzas...

No salimos malparados, teniendo en cuenta nuestra situación de partida. Las universidades andaluzas pueden optar a la excelencia, y hay varios proyectos que se presentan. A mí me gusta el mío. Creo que el Andalucía TECH es un buen proyecto que habla sobre realidades tangibles, se puede medir.

¿Por qué las universidades andaluzas no se especializan en un área concreta de conocimiento para crear polos de atracción?

El modelo se está reformando. Málaga va a más en el ámbito tecnológico, sin olvidar que ese ámbito no se puede sostener por sí solo, sino que ha de tener un soporte humanístico y social importante. Aunque veamos que Andalucía TECH es un campus muy tecnológico, el soporte que tiene está basado en el conocimiento, las humanidades y las ciencias sociales.

¿No es un problema para la relación entre la UMA y las empresas la falta de mercantiles de base tecnológica?

Bueno, pero están creciendo. La transformación es importantísima. La que se da en Málaga y en Andalucía. Ésta tiene dos productos que debe cuidar, el agrícola y el turismo. Este último ha experimentado un cambio importantísimo gracias a las tecnologías, igual que en la agricultura. Pero hay un cambio de tuerca para generar valor tecnológico en los sectores empresariales.

¿Cómo contribuye la universidad a salir de la crisis?

Esta crisis tiene un sustrato de falta de formación. ¿Qué ha pasado? Que los más perjudicados son aquellos donde el elemento de formación es menor, no se pueden reconvertir. Debemos pegarnos a la Formación Profesional. El reconvertir a los formados es parte de nuestras atribuciones. Y también debemos cambiar el chip de la economía, yendo hacia una que esté basada en el conocimiento.

¿Le gusta el metro en superficie en Teatinos?

Sí, me encanta, soy una defensora del metro en superficie.

¿Cómo va la ampliación del campus?

Va bien. No voy a descubrir muchos secretos. Estamos en la segunda fase de modernización de nuestro campus, se están generando institutos de investigación, las zonas donde irían las residencias universitarias y una zona de expansión del PTA. Veremos ese campus no en diez años, sino mucho antes.