Málaga continuó ayer bajo el régimen de intensas precipitaciones y fenómenos adversos que se prolonga desde el pasado fin de semana. Los últimos coletazos de la borrasca cristalizaron en fuertes descargas, concentradas fundamentalmente hasta poco después de las seis de la tarde, que contribuyeron a agigantar un balance pluviométrico con cifras espectaculares, de más de cien litros, en algunos puntos, en apenas 48 horas.

La abundancia dejada por el temporal se verifica principalmente en las reservas de los pantanos, que, a pesar de mantener las compuertas abiertas en Guadalhorce y Guadalteba, han ganado 42 hectómetros cúbicos en una semana. La Concepción, por ejemplo, ha elevado su caudal por encima de un 25% y se sitúa ya extremadamente cerca de su tope, mientras que La Viñuela, el de mayor proporciones, ha recibido doce nuevos hectómetros. La tenacidad de las últimas precipitaciones hace que los embalses vuelvan a adquirir su mejor aspecto, rebasando ya el 87% de su capacidad y ofreciendo una imagen muy próxima a la del final del invierno del pasado año.

El temporal se mantuvo intratable durante buena parte de la jornada, si bien a partir de las seis de la tarde redujo su hostilidad, lo que tuvo su paralelo en los avisos de Meteorología, que cambió la alerta naranja por la amarilla para el resto de la velada. A partir de la medianoche, la lluvia se quedó sin el potencial exhibido en los últimos días, aunque, eso sí, dejó una alternativa no menos incómoda: el viento, que estará hoy presente con rachas de más de 70 kilómetros por hora, el equivalente al primer sistema de alarma.

Precisamente, las primeras embestidas se dejaron ayer notar en la Axarquía. La peor parte se la llevaron las playas, que empiezan a mostrar los efectos de la llegada de residuos y material fluvial. Una situación que todavía no preocupa por la lejanía con la temporada de baños. La madrugada, no obstante, fue bastante movida y dejó rachas muy fuertes en Torrox Costa, donde se registraron desperfectos en el mobiliario y los árboles anejos. Por otro lado, la lluvia anegó el aula de un colegio y afectó a su cubierta.

Las incidencias de la última refriega del temporal tuvieron su punto más crítico en Algarrobo, donde una furgoneta de reparto quedó atrapada al intentar atravesar el río. En la capital, por su parte, volvieron a suspenderse vuelos por las dificultades climáticas que atraviesa el Reino Unido, aunque con menor frecuencia que en los días anteriores. En total, fueron cuatro pasajes, dos de idas y otros tantos de vuelta. El temporal también afectó a los pasajeros del tren Barcelona-Málaga, que tuvieron que ser trasladados en autobús a Córdoba desde Almuradiel (Ciudad Real) por un desprendimiento de rocas para continuar allí de nuevo el trayecto.

El final del temporal podría venir acompañado hoy de lluvias puntuales durante la mañana pero las nubes se disiparán durante la tarde. El viento soplará con fuerza hasta la madrugada. La temperatura se moverá entre los 16 y los 12 grados como preludio a la bajada que pondrá fin definitivo a los fenómenos de la última semana.