No hay datos oficiales, pero sí una tendencia generalizada que «asusta». La crisis económica está provocando un incremento «considerable» del número de personas necesitadas que acuden diariamente a los comedores sociales para recibir alimento. Al colectivo de personas inmigrantes, uno de los más vulnerables ante la difícil situación que atraviesa el país, se le suman ahora una «gran» cantidad de personas nativas españolas que antes ostentaban un estatus de vida privilegiado y que actualmente solicitan la ayuda de organizaciones como Cruz Roja para poder sobrevivir.

Así lo aseguró ayer el vicepresidente Nacional de Cruz Roja Española y vocal de la Plataforma del Voluntariado de España, Fernando del Rosario Romero, en su ponencia Voluntariado local. Tipología, prioridades y retos, enmarcada en los cursos de verano organizados por la Universidad de Málaga (UMA). No obstante, destacó que, si bien el número de personas que necesitan ayuda aumenta, también lo hacen los ciudadanos voluntarios. Tanto es así que en los últimos años «hemos pasado de tener 160.000 voluntarios inscritos a Cruz Roja en España a más de 200.000», apostilló.

«Aún estamos muy lejos de alcanzar la sociedad utópica del conocimiento y de la dignidad y derechos de todas las personas que nos proponemos», indicó el vicepresidente nacional de la organización, quien señaló que el voluntariado es «la forma más rica» de contribuir a esa participación social.

En este sentido, manifestó que es «una auténtica vergüenza sentir que los miembros de una familia universal se permiten discriminaciones, diferencias y esta exclusión social porque otros quieren acaparar todos los bienes y todo el bienestar».

Así, explicó que el voluntariado se vertebra a través de dos caminos: uno, ayudando a las personas cercanas a nosotros y que están sufrimiento por algún motivo; y otro, constituirse como una abogacía social, es decir, tratar de sensibilizar a la población para intentar que se promuevan los cambios necesarios y, a partir de ahí, ejercer una influencia y exigir un compromiso a los grupos de presión, que son quienes toman las decisiones.

En esta línea, destacó que el voluntariado ha logrado conseguir cambios sociales «muy importantes» como, por ejemplo, la situación que se vive desde hace años en el norte de África, un proceso «que esperamos que sea para mejor y donde la acción de los ciudadanos comprometidos, y no de las fuerzas políticas, han tenido mucho que ver». Además, resaltó otras líneas de actuación como la Ley de Dependencia, donde ha sido «fundamental» la presión que se ha ido ejerciendo en la toma de conciencia desde muchas organizaciones para que se reconozca el derecho a la atención de la dependencia.