Cristóbal Peñarroya ha renunciado a participar en las nuevas elecciones a hermano mayor de la cofradía del Rocío, que hoy cierra el plazo para presentar las candidaturas tras la anulación de los anteriores comicios por el Obispado de Málaga.

Esta decisión la toma además acompañada de duros ataques al Obispado, al que acusa de no actuar con ecuanimidad en el proceso, al permitir que se presente Juan José Lupiáñez, el otro candidato y que aspira a revalidar su puesto como hermano mayor. «No voy a admitir que el Obispado se ría de mí», afirmó Peñarroya, que se mostró muy dolido con la decisión episcopal de que se repitan las elecciones y no se haya prohibido la concurrencia de Lupiáñez.

«Impugné las elecciones y si el Obispado admite que se tienen que celebrar nuevos comicios, es porque acepta la impugnación y reconoce que se ha hecho algo malo, por lo que no me explico que dejen presentarse al otro candidato», relató Cristóbal Peñarroya, quien insistió: «El Obispado no está haciendo las cosas en condiciones, porque si se repiten las elecciones es porque se ha hecho algo mal y se debe castigar a quien lo ha hecho».

Más de dos millones de euros

El que fue candidato a hermano mayor del Rocío se mostró además muy crítico con la gestión de Lupiáñez, al que acusó de amparar irregularidades en las cuentas de la cofradía y de incumplir los compromisos adquiridos por la hermandad sobre su sede.

«El solar de la actual casa hermandad, de 750 metros cuadrados, lo conseguí para la cofradía y le hice la mayor casa hermandad de Málaga, con 3.000 metros cuadrados», explicó Peñarroya, quien apuntó que sólo puso tres condiciones que afirma que se han incumplido: «Pedí que el bar se abriera de cuatro a ocho de la tarde para las personas mayores del barrio, pero está hasta las 3 de la mañana vendiendo pelotazos y la cofradía no está para eso».

El promotor inmobiliario agregó que otra condición que puso era que no se insultase ni a su apellido ni a su familia y que si se cambiaba algo del edificio, se le pidiera permiso. Peñarroya advierte de que los insultos en foros y la construcción de un columbario sin permiso incumplen estas peticiones. Además, indica que la antigua casa hermandad -en la calle Amargura- la construyó para que estuvieran allí los tronos «y ya no están».

Peñarroya lamenta estos incumplimientos y argumenta que por eso reclama, mediante escrito notarial, la devolución de la antigua casa hermandad y que el Obispado le abone más de dos millones de euros «porque no se han cumplido los requisitos y la Iglesia es responsable de las cofradías». «Admito que no me quieran, pero he puesto mi patrimonio para que el Rocío sea de las primeras cofradías de Málaga y un grupo de señores no han querido», añadió.