La combinación puede ser una bomba de relojería que puede estallar el próximo curso, incluso antes, este mismo verano: matrículas más caras, menos dinero para becas y requisitos académicos más duros para mantener estas ayudas. La UMA teme perder alumnos con la entrada en vigor de las últimas medidas de ajustes propuestas por el Gobierno central en el ámbito universitario, aprobadas por decreto en el Consejo de Ministros del pasado viernes, y que ahora tendrá que aplicar la Junta de Andalucía, estableciendo nuevos precios públicos para estas tasas. No obstante, la institución académica malagueña cree que puede ser peor la reducción de las becas que el aumento de las matrículas, en sí, para conservar sus alumnos, ya que casi un tercio de ellos estudia este curso en la UMA con ayudas del ministerio.

Según el vicerrector de Estudiantes de la Universidad malagueña, Juan Antonio Perles, unos 11.000 estudiantes del total de 38.000 se benefician de alguna beca del Gobierno central (aparte de las que otorga la Junta y la propia UMA, con recursos propios). «El sistema de becas estaba organizado para garantizar que quien quisiera estudiar lo hiciera y que nunca fuera un impedimento la falta de recursos», explica Perles. A partir de ahora, para conservar la beca no sólo bastará con aprobar, sino que será necesario sacar buenas notas; además de los niveles de renta.

Eso es, precisamente, lo que exige secretario general de Universidades de la Junta de Andalucía, Francisco Triguero: que si suben las tasas haya más becas que sirvan para compensar las dificultades de acceso por razones económicas. Y así lo dijo tras la reunión de la Conferencia General de Política Universitaria, celebrada el pasado jueves en Madrid, en la que el ministro José Ignacio Wert anunció las nuevas medidas de ajuste para la enseñanza superior a los representantes de las distintas comunidades autónomas.

Con el nuevo decreto, habrá que pagar más por estudiar una carrera, en concreto, entre un 15% y un 25% más si el estudiante se matricula por primera vez. Cada región es libre de incrementar estas tasas en función de sus intereses y necesidades para poder cumplir su objetivos de déficit.

Además, los repetidores serán los que tengan que pagar más. Si un alumno consume todas las convocatorias y sigue sin aprobar, volver a matricularse de esa asignatura podría costarle hasta un 30% más. Este recargo ya se aplicaba en la actualidad, pero no era tan elevado.

En concreto, y según se puede comprobar en el gráfico, las tarifas de precios aprobados por el Consejo de Gobierno para las universidades públicas andaluzas fijaba en 12,20 euros el precio de cada crédito de asignaturas en primera matrícula. El incremento del valor era del 15,5% para las segundas matrículas, es decir, 1,9o euros más por cada crédito; y de un 50% en el caso de que el estudiante tuviera que matricularse por tercera vez, es decir, que el alumno tenía que desembolsar 18,30 euros por cada crédito.

Con la propuesta del Gobierno de España (y a expensas de su aplicación por parte de la Junta), aplicando la subida máxima del 25% (la horquilla está entre el 15% y el 25%), el precio del crédito de materias en primera matrícula podría pasar a ser de 15,25 euros, es decir, 3,05 euros más por crédito.

Los repetidores pagarán más. La penalización económica para quienes no sean capaces de aprobar en ninguna de las seis convocatorias disponibles pasaría a ser de un 30% y tendrían que abonar casi seis euros más que ahora por cada crédito. Mientras que los alumnos que se matriculen por tercera vez de una asignatura en la UMA podrían llegar a pagar hasta 26,68 euros por crédito con la reforma (el doble que en la actualidad y un 75% más que cuando lo hizo por primera vez).

El estudio La Universidad española en cifras, publicado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) en 2010, revela que los alumnos de las universidades andaluzas pagan el 14,9% de lo que cuesta su formación académica. Es decir, que podría decirse que ya aportan ese 15% mínimo que exige ahora el Ministerio de Educación (el máximo sería del 25%). Los estudiantes andaluces son los octavos de España que menos pagan por sus carreras, situándose la media nacional en el 16,3%. Según este mismo informe, los universitarios de Cantabria son los que más pagan, en concreto el 22,2%, mientras que los de Canarias (11,3%) serían, en principio, los que más sufrirían esta subida de los precios de las matrículas.

Perles agrega, además, que los créditos cuestan lo mismo a un alumno de Humanidades que a otro que curse un grado técnico o de Ciencias Experimentales, «cuando éstas últimas carreras cuestan más y necesitan objetivamente más recursos». Es decir, el vicerrector considera injusta esta subida para los estudiantes cuyas carreras cuestan menos, ya que proporcionalmente van a pagar más.