El Ayuntamiento de Málaga aprobó ayer el inicio del proceso para que el precio del agua deje de ser una tasa y se convierta en un precio privado, lo que concitó el rechazo frontal de los dos grupos de la oposición que entienden que el cambio abriría la puerta a un encarecimiento progresivo del coste del agua.

Tanto PSOE como IU defendieron ayer en la comisión de Economía el mantenimiento de las tasas públicas para regular el precio del agua, ya que las tasas, según la Ley de Haciendas Locales, no pueden aplicar una tarifa superior al coste real del servicio que presta «y en cambio los precios no tiene esa limitación, con lo que podremos ver como en los próximos años el coste del agua se encarece», señaló la portavoz del PSOE, María Gámez.

Gámez recordó que el agua es un servicio público básico, que además se sirve desde un único proveedor, que es Emasa, «por lo que los ciudadanos no tendrán más alternativa que pagar lo que se le exige».

La oposición a este cambio es total por parte de IU y así lo hizo ver su portavoz, Pedro Moreno Brenes, quien aseguró que su grupo sera «totalmente beligerante» en este asunto pues se trata de una medida «ilegal, un disparate jurídico que va directamente contra los ciudadanos».

Moreno Brenes insistió en que «no hay fundamento legal para hacer dicho cambio ya que el agua es un servicio público que debe regularse por una tasa, y lo contrario es un grave perjuicio para los ciudadanos».