A las 4 de la mañana de ayer jueves, los vecinos escucharon pequeñas explosiones en el Callejón del Perejil, la calle de Pedregalejo pegada al muro del Balneario del Carmen, «como si fueran fuegos artificiales» €recalca un vecino€ y al momento un grupo de okupas del campamento ilegal de los Baños, al otro lado del muro, comenzó a pedir auxilio, mientras se elevaba una columna de fuego y humo junto a un antiguo transformador del callejón.

Alfonso Sánchez-Guitard, de Astilleros Nereo, logró apagar el fuego con una manguera de cien metros, mientras los vecinos salían a la calle con los ojos enrojecidos, y la alarma en la cara. Media hora más tarde, aparecieron los bomberos, que con el fuego principal ya extinguido, se centraron en el campamento okupa.

Los vecinos del Callejón del Perejil culpan del susto de muerte, que no concluyó hasta las 6.30 de la mañana, a los ocupantes ilegales del campamento y, en concreto, a la práctica habitual de quemar cables robados para extraerle el cobre. «Han sido ellos, además, según Sevillana, habían puesto una pinza para robarles la luz y había hecho cortocircuito con la valla que estaba al rojo vivo», detalla un vecino.

Los habitantes del Callejón del Perejil se quedaron por este suceso sin luz, y personal de Sevillana Endesa tuvo que acudir de madrugada a arreglar la avería. Ayer mismo por la tarde, los vecinos seguían sin línea telefónica.

Alfonso Sánchez-Guitard anunció que todos los vecinos van a presentar una denuncia contra el Ayuntamiento y la empresa concesionaria por la dejadez en la que se encuentra este rincón de Málaga, con un campamento okupa desde más de hace dos años.

«Pasamos mucho miedo, a mí todavía me duele el pecho del humo, era el transformador lo que daba el chispazo», cuenta Gracia Marchena, una vecina.

Los ánimos estaban ayer por la mañana muy encendidos y se produjo un cruce de insultos entre los indigentes y los vecinos, que denunciaron además la pasividad de las autoridades y la indefensión en que se encuentran.

«Anoche íbamos a salir ardiendo y puede pasar cualquier noche porque los eucaliptos están muy secos y hay postes de la luz, menos mal que el Señor hizo un milagro y no se quemaron los eucaliptos», cuenta Carmela, una de las vecinas mayores del callejón.

Alfonso Sánchez-Guitard llamó la atención sobre la peligrosidad de la situación, mientras siguen las prácticas, unas dos veces por semana, de quema de cables, en un campamento ilegal que cuenta con luz gratuita y con una chatarrería ilegal. «Aquí tenemos los Astilleros Nereo que pueden arder y a pocos metros la gasolinera de los Baños del Carmen», subraya.

«Queman lo de fuera del cobre y no hay día que no huela a humo. A las 2.30 de la mañana están con la música a tope, tienen luz, tienen nevera y seguimos igual sin que nadie haga nada», lamenta Gracia Marchena, mientras que Enrique, otro vecino, apunta que «en el campamento tienen un jefe que tiene todos los cables enchufados, a las 4, a las 7 de la mañana, a cualquier hora ponen la música y esto es gloria bendita».

Los vecinos del Callejón del Perejil están hartos de soportar, durante más de dos años, a los okupas y muestran su intención de protestar en breve cortando la carretera. «Volcamos los contenedores, atravesamos los coches o nos tendemos en la carretera a ver si el alcalde hace algo», dice un vecino. Esta noche volverán a dormir con el miedo en el cuerpo.