Los mercadillos tampoco ven la luz. Ni siquiera un sector que en otras crisis económicas ha salido a flote a base de «calidad y buenos precios» consigue levantar la cabeza en el peor momento que se recuerda en torno al consumo. Así de contundente es el mensaje que transmite el presidente de la Asociación de Venta Ambulante de Málaga (AVAM), Juan Rojas, quien asegura que en los últimos diez años las ventas han decaído en algo más de un 50%, aunque desde que la crisis se ha acentuado el porcentaje ha llegado incluso al 70%. «En los últimos treinta años, las crisis siempre empujaban a los consumidores a los mercadillos, pero esta última nos está hundiendo», apunta Rojas.

Entre las razones, el presidente de AVAM apunta a una normativa «obsoleta» y a que los ayuntamientos «nunca han entendido la importancia que el comercio ambulante tienen como canal de distribución». Rojas va más allá y señala que las administraciones siempre han visto en los mercadillos una base social integradora en la que confluyen el desempleo, la marginación y la inmigración. «La venta ambulante ha estado mucho tiempo sin regulación y los puestos se han asignado sin criterio a gente sin medios y sin preparación para la venta ambulante. Son estos precisamente los primeros en caer», asegura. De hecho, Rojas explica que las 70 plazas que actualmente hay vacantes en los mercadillos de la capital y que son la mejor prueba de esta situación. «Nunca se había dado una situación de vacantes como ésta. Siempre ha habido lista de espera y las bajas se limitaban a fallecimientos o enfermedades. Con el alto índice de desempleo que hay esas plazas se cubrirán seguro, pero la pregunta es cuánto van durar los nuevos vendedores en el canal más competitivo del comercio», abunda el representante de los vendedores ambulantes de la provincia, quien añade que esta situación no se da sólamente en la capital y también afecta a municipios como Estepona y Fuengirola.

Además del poco consumo propio de la crisis, el sector lucha contra «los fuertes impuestos» a los que tiene que hacer frente. «Es una de nuestras luchas permanentes. Se vende muy poco y los márgenes de beneficio son desastrosos. Cada vez es más normal que un vendedor haga 50 euros al día, y eso es una ruina absoluta cuando hay que afrontar la cuota mensual de autónomo, las tasas municipales, los módulos trimestrales, el furgón, el combustible y las averías, ya que la flota de los vendedores ha envejecido hasta situarse en una media de entre diez y doce años», añade.

La Concejalía de Comercio del Ayuntamiento asegura que los 70 puestos han quedado vacantes -cuyo plazo de solicitudes se abrió a finales de la pasada semana- porque sus adjudicatarios han renunciado a ellos, porque no han renovado el permiso anual o porque, tal y como establece la ordenanza, los inspectores han detectado ausencias reiteradas en tres meses consecutivos. Esther Molina, concejala de Comercio, sitúa el mal momento por el que atraviesa el sector en «el contexto de crisis global» e incide en que otros sectores, como el comercio tradicional, «han adaptado sus productos y sus precios a esa situación». Molina también defiende los procesos de selección en los que se premia «la profesionalización, la excelencia, la calidad y que el comerciante sea de la provincia».

Dieciséis mercadillos con 1.541 plazas En Málaga capital hay un total de 16 mercadillos en los que el Ayuntamiento tiene asignadas 1.541 plazas, de las que 110 se incorporaron a mediados de 2011, según los datos facilitados por la Concejalía de Comercio a este periódico. Esta ampliación, según las fuentes, estuvo motivada por el traslado del mercadillo de Martiricos los domingos al Cortijo de Torres. Según estos mismos datos, los 16 mercadillos abarcan los siete días de la semana, aunque son los martes, los miércoles y los sábados los días que más rastros coinciden con tres cada uno. En tamaño destaca con mucha diferencia la capacidad del mercadillo de Cortijo de Torres con 354 puestos, mientras que le siguen los de la avenida de Europa de los miércoles y los sábados, con 166 y 170, respectivamente. Más atrás se encuentra el de Ciudad Jardín de los jueves, que suma 121. Por su parte, los más pequeños son los de Churriana (28), Campanillas (36) y El Palo (38). En cuanto a los productos que se venden, el Ayuntamiento informa de que son preferentemente frutas y verduras, artículos textiles, calzado, artesanía y ornato de pequeño tamaño. «No obstante, el Área es flexible en cuanto al tipo de productos que comercializan, aunque lo que sí prohíbe expresamente la Ordenanza de Comercio Ambulante es la venta de animales», apuntan las fuentes. Por último, la ordenanza no permite que una misma persona tenga más de una autorización en el mismo mercadillo para garantizar que el negocio no quede en manos de unos pocos.