La tasa de paro juvenil en Andalucía afecta ya el 65% de los menores de 25 años -casi dos de cada tres- y amenaza con dejar en la estacada a una generación que no encuentra más alternativas que alargar su formación con segundas carreras y másteres o probar la alternativa del éxodo a países como Inglaterra o Alemania. Los índices de paro en este segmento de edad se han triplicado con la crisis -en 2006 estaban algo por encima del 20%- y en el caso de Andalucía, con más 230.000 jóvenes en el desempleo, se sitúan diez puntos por encima de la media nacional, un terrible 55% ante el que la propia canciller alemana, Ángela Merkel, mostraba su sorpresa en el foro de Davos. Alemania culpa a la legislación laboral española de ser muy poco flexible, aunque por aquí también son pocos lo que creen que la fórmula de los minijobs alemanes -trabajos por horas a cambio de 400-500 euros mensuales- sea una alternativa aceptable para los jóvenes de nuestro país.

Los empresarios vienen reclamando una rebaja de las cotizaciones sociales para incentivar la contratación de jóvenes -actualmente un empresario paga hasta un 37% por trabajador, entre las tasas más altas de Europa- pero ninguna de las sucesivas reformas laborales han apostado de forma decidida por esta medida. Sí en cambio por un abaratamiento del despido que, de momento, no está dando resultados.

La aplicación del contrato de apoyo a los emprendedores, una de las iniciativas «estrella» pensada especialmente para los jóvenes, sólo ha generado 876 contratos en Málaga en diez meses, un irrisorio 0,1% del total de contratos firmados y sólo un 3% de los indefinidos, pese a permitir al empresario prolongar hasta un año el periodo de prueba al trabajador sin derecho a indemnización en caso de despido.

La clave, afirman los agentes sociales, es fomentar el emprendimiento y el autoempleo en una época en la que el acceso al trabajo asalariado es una quimera. A este respecto, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy prometió en campaña electoral una Ley de Emprendedores para facilitar la creación de empresas. El proyecto aún no ha visto la luz aunque el Ejecutivo quiere sacarlo adelante este año. De momento, ha sido muy comentado el anuncio de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, de instaurar una «tarifa plana» de 50 euros durante seis meses para jóvenes de hasta 30 años que pongan en marcha empresas. La iniciativa es vista con buenos ojos por los empresarios pero es considerada como «insuficiente».

El presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Málaga (AJE), Javier Noriega, cree que el Gobierno podría hacer más por los emprendedores.

«No tenemos ecosistemas fértiles para los jóvenes. Les estamos cortando el futuro. Hacen falta reformas ya», comenta Noriega, que considera que este tipo de empresas deberían pagar impuestos durante los primeros años de forma progresiva, dependiendo de la facturación. El representante de la AJE, que agrupa a más de 700 empresas en Málaga, alerta de que los emprendedores están siendo «asfixiados a impuestos», por lo que medidas como la «tarifa plana», por sí solas, no son mas que «un parche». Noriega también reclama «menos burocracia, más facilidad de acceso al crédito y una rebaja de lo que se cotiza a la Seguridad Social por cada trabajador».

Más cultura emprendedora

El presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, reconoce que el paro juvenil «supera cualquier tasa imaginable» y cita dos medidas imprescindibles: hacer más viables la contratación de jóvenes y fomentar la cultura emprendedora desde el sistema educativo «para que se deje de ver al empresario como una figura sospechosa». González de Lara saluda iniciativas como la «tarifa plana» de emprendedores pero se pregunta por qué limitar las ayudas al colectivo de menos de 30 años.

«En el caso de una persona que pone una empresa yo diría que habría que alargar esos plazos hasta los 35-40 años, que es cuando el emprendedor madura. Por diversas circustancias, en España no se emprende muy joven», explica.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Tecnologías de la Información y Comunicación de Andalucía (Eticom), Adolfo Borrero, afirma que nuestro sistema necesita una mejor formación, una gran rebaja impositiva para que las empresas contraten y, sobre todo, una mayor cultura de capital riesgo donde los inversores privados apuesten por los proyectos de los emprendedores con «capital semilla». Borrero recuerda que hay fondos para emprendedores con un 70% de ayuda pública y un 30% de privada que no se otorgan porque no hay forma de encontrar al inversor que avale la cuota privada.

«En Europa no se lo creen cuando lo contamos. Les extraña muchísimo. Aquí un emprendedor tiene que saca adelante su negocio a pulmón, con dinero propio, y eso es mucho más difícil», señala. Eticom, con 70 firmas asociadas de las 220 del sector TIC en Málaga, afirma además que deben reestablecerse las políticas de I+D y ayudar a las empresas que contraten.

«Si quieres realimentar la maquinaria debes generar empleo. En Suecia, que tiene grandes impuestos, se ofrecen grandes rebajas a las que contratan a jóvenes. Aquí, en cambio, las tasas son disuasorias»», concluye Borrero.

Por su parte, el vicepresidente de la Federación de Autónomos de Andalucía (ATA), Rafael Amor, afirma que la «tarifa de emprendedores» debería ser sólo la «rampa» para un paquete más ambicioso de medidas para reactivar el crédito, acabar con la morosidad administrativa y luchar contra la economía sumergida.

«Ahora mismo en este país es más fácil crear tu propio puesto de trabajo que buscarlo. Un autónomo joven paga 174 euros al mes de base mínima con una bonificación del 30% durante los 18 primeros meses. El Gobierno dice ahora lo de la tarifa plana. Es una buena medida, sí, pero de nada sirve si no acabamos con otros problemas», señala. El 50% de los negocios de autónomos no llega al cuarto año de vida pero la ATA destaca que las empresas de jóvenes son «más pujantes e imaginativas».

¿Qué dicen los economistas? José Miguel Amuedo, profesor del área de Entorno Socio-Económico del Instituto San Telmo, considera que el nivel de paro juvenil es «bochornoso». Amuedo lamenta que en España exista una cultura de «aversión al riesgo» por la que ni la familia ni la sociedad anima a los jóvenes a poner un negocio propio. Para este docente, sería necesario mejorar mecanismos como la capitalización del paro y evitar que el emprendedor se vea obligado a responder con su patrimonio.

«Necesitamos gente que ponga negocios y contrate a otra gente porque no hay ninguna previsión económica creíble para poder absorber de otra forma a tantos parados. Yo pondría mucho énfasis en la formación, aparte de flexibilizar las condiciones de contratación. Necesitamos empresas, aunque sean pequeñas. Estamos en la era de las pulgas; los gigantes (las grandes empresas) no van a ser las que nos salven», opina.

«Condenados al paro»

Muy pesimistas se muestran los sindicatos, que creen que los jóvenes están «condenados» al paro si no hay un cambio de política económica. El secretario general de CCOO en Málaga, Antonio Herrera, recuerda que no se están dando soluciones formativas a esa gran masa de jóvenes que abandonaron los estudios para irse a trabajar a la construcción y que hoy están en el paro. En cuanto a los jóvenes de alta cualificación, su salida laboral más factible pasa por la emigración, ya sea a Europa o a algún país de Latinoamérica.

«Ni se está ayudando a las pequeñas empresas ni se está apostando por la I+D y la formación. Los jóvenes no han explotado todavía porque aún hay un paraguas familiar y social importante. Pero es un cóctel explosivo», relata. La reforma laboral, inicialmente pensada para reactivar las contrataciones sólo ha servido, a juicio de CCOO, para facilitar los despidos. Y los contratos por horas sirven para encubrir jornadas laborales completas.

La secretario de Empleo y Acción Sindical de UGT Málaga, Auxiliadora Jiménez, afirma que las soluciones no son tanto de legislación laboral como de estímulo.

«Mientras tengamos como objetivo sólo la reducción del déficit poca solución hay. La economía está paralizada. Ese es el gran problema de fondo», advierte. Para UGT, se está abusando de la palabra «emprendedor» como «mantra» para salir de la crisis. «Ni todos lo jóvenes pueden ser emprendedores ni con bonificaciones se va arreglar nada», asegura.

Sólo el 6% de alumnos de la UMA emprende

Sólo el 6% de los universitarios ponen una empresa, un porcentaje bajísimo pero que dobla el 3% que se registraba hace sólo unos años, explica Antonio Peñafiel, director de Cooperación Empresarial y Promoción de Empleo de la Universidad de Málaga. Peñafiel apunta que, con la crisis, los alumnos ya «miran con otros ojos» la posibilidad de emprender, lo que se traduce en un incremento de emprendedores en el programa Spin Off (176 en 2012) y que algunos foros organizados para orientar en el mundo de la empresa han contado con más de 700 asistentes. j. v. r. málaga