Plegable, inteligente y eléctrica. Se trata de la bicicleta del siglo XXI, que ya va tomando forma en un almacén del polígono industrial Guadalhorce y que pretende revolucionar en los próximos meses el mundo del transporte urbano a nivel internacional. Se trata, asegura Daniel Caro, promotor de la idea y uno de los siete socios de la empresa Urban M, «de una bicicleta bastante peculiar llena de ventajas, con un ordenador a bordo que tiene varias funcionalidades importantes como es la seguridad». Y es que, en caso de robo se puede rastrear vía móvil, pero es más, plegada se podrá transportar como un carrito y aparcar en cualquier rincón.

Esta empresa malagueña es una de las nueve startups que ayer inició su andadura en la aceleradora de empresas que hay en el edificio de Tabacalera, donde llegan con un objetivo claro: coger impulso y tener el prototipo listo, «homologado y presentado» para primeros de 2014.

La suya es una bicicleta plegable que busca ser «lo más eficiente posible para favorecer la movilidad urbana» y abrirse paso en el mercado internacional. «Hace un par de años hicimos un estudio y vimos que había una importante demanda de bicicletas personalizadas con mucha tecnología», explica Daniel, especialista en marketing online. De hecho, apunta, «nuestro público objetivo está básicamente fuera; nos dirigimos a un público urbano, con un nivel adquisitivo medio-alto y amante de la tecnología y las bicicletas», que podrá elegir «qué quiere que haga su bicicleta y personalizarla en cuanto a color y materiales».

Su precio rondará entre los mil y los 1.200 euros, «nada caro si tenemos en cuenta que se trata de una bicicleta eléctrica», y se comercializará exclusivamente por internet. «Nuestro mercado principal es Inglaterra y por extensión Europa, los países nórdicos y Estados Unidos». No en vano, estos países importan el 60% de las bicicletas de media y alta gama, por lo que no es nada descabellado que Urban M consiga vender el primer año unas 120 bicicletas y 700 unidades un año más tarde.

Ahora, cuando el prototipo «está prácticamente listo», la empresa llega al centro de aceleración Bolt, donde permanecerán cuatro meses. Allí compartirán experiencia con otros profesionales y contarán con la mentorización de más de 50 emprendedores de éxito internacional, pero, sobre todo, se centrarán en «desarrollar los interfaces de usuario, toda la parte donde éste interacciona tanto con la bicicleta como con los servidores donde se explotan los datos». En octubre quieren hacer pruebas reales con el prototipo en la calle. Pero también de la mano de Bolt intentarán «ir más rápido».

Los hasta 20.000 euros que invertirá la aceleradora en cada uno de los proyectos startups seleccionados serán un «revulsivo importante» mientras llega el préstamo que les ha concedido la empresa nacional de innovación Enisa. «Necesitamos entre 100.000 y 120.000 euros, no es mucho; hemos intentado optimizar todo el desarrollo, somos muchos involucrados y todos hemos puesto de nuestra parte», aclara Caro.

Y es que con Daniel se han embarcado en este proyecto Ana García, José Antonio Barrientos, Lisardo Morán, Mauro López, Alberto Moreno e Iván Sot. A ellos se sumó ayer mismo el estudiante de informática Daniel López, uno de los nueve jóvenes talentos universitarios que ha conseguido una de las becas del programa Talentum Startups de Telefónica, en colaboración con Ericsson.

Sobre el futuro, todos tienen claro que Urban M (urban-m.com) se instalará en el Parque Tecnológico de Andalucía. «Lo de llevarse el proyecto fuera, nada. Fuera hay que irse a vender, pero el desarrollo y la producción se va a hacer desde Málaga», donde esperan crear una media de entre 20 y 25 puestos de trabajo indirectos.