Toda la vida compatibilizando estudios y demostrando con sus excelentes calificaciones que vale para ello y la interpretación del artículo de una ley la deja ahora en la estacada, cuando tenía clara su apuesta de futuro. Irene Garrido, una joven mijeña de 20 años, compaginaba hasta este verano sus estudios universitarios del grado de Traducción e Interpretación en Inglés con el Grado Superior de Piano y el Grado Profesional de Canto. Pero este curso se ha decantado por dejar la UMA y centrar sus esfuerzos en la música. Sin embargo, la Junta le ha cerrado la puerta en las narices.

Garrido explica que, aconsejada por su profesor en el conservatorio Manuel Carra, se saltó el último curso del Grado Profesional y se presentó a las pruebas de acceso a Grado Superior en Andalucía, que tuvieron lugar el pasado mes de junio. «Pagué mis tasas, me desplacé hasta Granada, pagué a una pianista para que me acompañase en la prueba, y padecí todas las situaciones de estrés y nervios que suelen conllevar este tipo de exámenes», explica. Su esfuerzo obtuvo una magnífica recompensa: obtuvo un 8.66 de calificación, quedando la segunda de Andalucía. En total había más de 20 plazas para toda la comunidad autónoma, pero sólo aprobaron once aspirantes. «Me adjudicaron plaza en el centro que solicité, el Conservatorio Superior de Málaga, y una vez sabido esto procedí a solicitar a la Consejería de Educación la doble especialidad en dicho centro cuanto antes, para agilizar el proceso», relata. Su matrícula seguir estudiando piano ya había sido tramitada.

Las malas noticias llegaron en septiembre. Tenía que matricularse en canto, según lo establecido, así que pagó sus tasas y fue al centro el día 2 de septiembre. «Me comunicaron que no podían recoger mis documentos porque desde Sevilla aún no había llegado respuesta a mi solicitud de doble especialidad hecha en julio», explica. Extraño. No obstante, optó por esperar nuevas noticias hasta el día 5. Como no se produjeron, llamó al Conservatorio. «La respuesta que me dieron fue que acababan de recibir una llamada desde la Consejería de Educación en la cual les comunicaban que no podían matricularme en el centro porque no me concedían la doble especialidad. Me resultó bastante difícil asimilar esta información: hasta ese momento, nadie se había interpuesto a que realizase las pruebas, y en ningún momento se me había informado de que podía darse esta circunstancia. Era demasiado ilógico que me comunicasen algo así cuando ya había pasado todo un proceso de exámenes, adjudicación de plazas, etc. de varios meses… Y mi matrícula de piano ya había sido formalizada, por lo que se sobreentiende que la Junta conocía esta información desde julio y no había hecho nada al respecto», se lamenta.

La odisea no había hecho más que comenzar. Ni siquiera le dejaban reclamar, porque, según aducían, se trataba de una comunicación que aún no era oficial. En ese momento, se inició un largo proceso de visitas al Conservatorio, llamadas telefónicas a jefatura de estudios, a la Consejería de Educación... que al conocer la intención de esta alumna de reclamar, encomendó el caso al gabinete jurídicos, «teóricamente para hallar un resquicio legal que me permitiese estudiar ambas disciplinas».

Nueva legislación

La Junta mantiene que la causa de la denegación de la solicitud de Irene Garrido es la Orden del 18 de abril de 2012, concretamente el artículo 42, en el que se hace alusión a las dobles especialidades. «En resumen, la razón de que yo no pueda continuar con mis estudios de canto y piano es un error terminológico: este año, por primera vez, acaban de percatarse de como está redactada la ley, los instrumentos musicales en LOE son itinerarios de la misma especialidad (interpretación). En la ley se contempla la doble especialidad, pero en ninguna parte hay referencias al estudio de dos itinerarios. Esta laguna legal, en lugar de considerarse de forma positiva, la han empleado para negarme mi derecho a estudiar», critica.

Viendo que la situación en Andalucía no era nada favorable, viajó a Madrid, donde sí es posible estudiar dos instrumentos sin problemas. Quedaban plazas en el Conservatorio Superior de Música (para la especialidad de piano) como en la Escuela Superior de Canto. «Pero la situación era absolutamente inviable: los planes de estudios de Andalucía y Madrid diferían demasiado, y toda la tramitación del traslado iba a suponer una especie de año bisagra perdido; sin olvidar que a estas alturas no es nada fácil encontrar un piso». Así que decidió volver a Málaga.

Garrido sospecha que existe premeditación y se siente discriminada. La comunicación oficial no lleguó hasta el 5 de octubre, aunque tenía fecha del 3 de septiembre. Más de un mes. Además, denuncia que existen casos «con nombre y apellidos» de estudiantes que, dentro del plan LOE, han solicitado cursar dos instrumentos simultáneamente, y han obtenido la aprobación de la Consejería de Educación para el pasado curso. Las limitaciones son a partir de este. «Estoy desolada ya que durante muchos años he luchado por conseguir una meta y he puesto todo mi empeño, y que un error terminológico en la ley me impida seguir adelante es, cuanto menos, indignante», concluye Garrido.