Pedro Pérez Hidalgo fue el gran tallista malagueño de la postguerra. De su taller salieron numerosas piezas que permitieron la recuperación del patrimonio de las cofradías malagueñas. A pesar de la falta de recursos y de dinero, realizó entre 1952 y 1959 empezó y terminó nueve tronos. A los que habría que unir un décimo que siempre se le ha adjudicado, como es el antiguo trono de la Virgen de la Trinidad y hoy del titular de la cofradía del Puerto de la Torre -el Cristo de la Hermandad y la Caridad-. Sin embargo, en realidad el famoso tallista malagueño sólo hizo la primera fase y fue terminado por otros dos artistas malagueños Rafael Reigal y su discípulo, Victoriano Pérez, que asumió la principal carga de trabajo.

La confusión sobre su autoría se fundamenta en que realmente la cofradía del Cautivo firmó un contrato con Pérez Hidalgo en 1952, estrenando la primera fase de un trono inspirado en el Coro de la Catedral en 1953. En concreto se procesionaron los dos arbotantes delanteros, las esquinas y las cabezas de varal. El resto iría tapado con flores, como era habitual en la época.

A partir de ese momento, empiezan los cambios. Un nuevo contrato en 1953 cambia el diseño, menos ambicioso y quizá más apropiado para los escasos fondos de la cofradía. De hecho, los avances son escasos durante los años siguientes, hasta que en 1957 se firma un nuevo contrato con Rafael Reigal y Victoriano Pérez como autores del trono, apareciendo por primera vez sus nombres en prensa. Hasta entonces, parece que Pérez Hidalgo había abandonado definitivamente ese encargo, centrado en otros nueve que iría completando en esos años y que le resultaban más rentables.

La cofradía va haciendo algunos apaños entre 1954 y 1956 para tapar un trono a medio hacer. Sin embargo, no es descabellado pensar que Rafael Reigal y Victoriano Pérez trabajaran en el trono de la Virgen de la Trinidad antes de la firma del contrato el 4 de marzo de 1957. Baste apuntar que en el Lunes Santo de ese año, apenas un mes después de la firma del contrato, el trono ya presenta una nueva imagen de estilo barroco tras la intervención de estos dos tallistas malagueños. Parece difícil que en apenas un mes tuviera cuatro arbotantes -los dos traseros y dos nuevos delanteros que sustituyen a los de Pedro Pérez Hidalgo-, el frontal, dos cartelas laterales, la trasera y los moldurones, que era el encargo recibido por 22.000 pesetas de la época.

Lo cierto es que es ahí cuando el antiguo trono de la Virgen de la Trinidad adopta su configuración definitiva, cambiando incluso las pocas piezas que quedaban de los primeros trabajos de Pérez Hidalgo, como eran el frontal y los arbotantes delanteros.

El estilo cambia de forma notable, configurándose el trono de estilo barroco del que todavía se conservan numerosas piezas en la hermandad del Puerto de la Torre.

El olvido sufrido por Rafael Reigal y Victoriano Pérez tiene mucho que ver con la falta de documentación de los archivos de la cofradía del Cautivo de aquella época, lo que incluso indujo a error a Agustín Clavijo en su obra sobre la Semana Santa de Málaga, que editó Arguval y donde se recuerda el contrato con Pérez Hidalgo.

Las referencias en la prensa de la época, como en el diario La Tarde de 1957, pone algo más de claridad a la verdadera autoría de esta pieza de la historia cofrade malagueña, así como un repaso por el archivo fotográfico de Arenas.