Hace menos de una década apenas habrían necesitado una cantina o la trastienda de un negocio de ultramarinos. Ahora, para reunirse en Málaga, precisan de todo un museo, a ser posible de cristal y con vistas al Mediterráneo. Después de que México rebajara su dominio entre las preferencias de los estudiantes, España ha dado un paso adelante en el turismo idiomático. Y la capital de la Costa del Sol, con permiso de Barcelona, el nuevo líder del sector, empieza a ganar terreno. Hasta el punto de convertirse en sede del Foro Nacional de Profesores y Editoriales de Español como Lengua Extranjera, que fue inaugurado ayer en el MUPAM.

Según indica Damián Caneda, concejal de Cultura, Turismo y Deporte, Málaga, como en tantas otras órbitas turísticas, ha despegado recientemente en el segmento. El margen de crecimiento, sostiene, todavía es amplio, aunque los números poco a poco salen de su bisoñez para reforzar las ganancias generales de la industria. En diez años han sido 400.000 los estudiantes que han apostado por la ciudad para aprender el idioma. Con una composición que varía, además, de la del turismo de sol y playa, tradicionalemnte encabezada por los británicos. En lo que respecta al estudio del castellano, precisó Caneda, Málaga seduce principalmente a alemanes, suecos y holandeses, que representan respectivamente el 33,3, el 20,4 y el 10 por ciento del total del alumnado.

El interés por este tipo de público, fundamentalmente joven y en muchas ocasiones ligado a becas como las del programa Erasmus, trasciende, de acuerdo con el edil, la mera prolongación de la oferta. El turista idiomático apetece, entre otros aspectos, porque es de largas estancias. Y, además, genera «un efecto multiplicador», con hospedajes en el transcurso del periodo de amigos y familiares. Caneda destaca también su alto grado de fidelización y su satisfacción con la oferta de la ciudad. O dicho de otra forma, los que aprenden castellano en la ciudad vuelven. Quizá, incluso, convertidos en otro tipo de turista, con más capacidad de gasto.

Durante la inauguración del encuentro, organizado por la escuela internacional Cervantes con la colaboración del Ayuntamiento, el concejal apostó por crear nuevos puntos de entendimiento entre la oferta pública y los centros privados. Especialmente, en lo que se refiere a la mejora de la promoción y la búsqueda de mercados emergentes.

La cita, que gravitará en torno a los manuales de español y los nuevos desafíos didácticos, concita en su edición de Málaga a ponentes muy conocidos en el sector como Óscar Cerrolaza, Román Navarro, Carlos Barroso, Sara Robles, Olga Cruz, Agustín Garmendia, Anabel de Dios o Cristina Herrero. Málaga dispone en la actualidad de un total de 18 centros en los que se imparte el español como segunda lengua extranjera. Un idioma en progresión, que se ha convertido en la segunda opción predilecta para los estudiantes, con 13 millones de alumnos.