Una turista francófona accede al local y adquiere un libro de iniciación a la lectura para su hijo de siete años. Se convierte en la primera clienta del día para Juan José. La situación escenifica a la perfección la nueva etapa de la librería «Libritos», que en su nueva ubicación en la plaza de la Judería, vuelve a lucir con su interior luminoso y visible, a ojos del tránsito de personas que atraviesan cada día el céntrico barrio. La llegada de visitantes a la ciudad es clave en el ritmo de ventas del establecimiento, que ha sufrido un bache durante once años tras el largo retiro provisional a la calle de la abadía del Císter.

En 2003 se produjo el desplazamiento temporal de «Libritos» a un local de la calle Císter tras abandonar su estadía en la calle Granada, por orden del Ayuntamiento, para acometer las obras de unión de dicha calle con Alcazabilla, con la consecuente reforma del local, la creación de la plaza de la Judería y la construcción de varias viviendas en la zona.

Juan José, el dueño de la librería junto con su mujer Inma, cuenta la intranquilidad con la que vivieron este proceso hasta que se iniciaron las obras: «Esos nueve años han sido los más duros. Hemos estado en la incertidumbre de no conocer cuándo iban a empezar las obras».

Durante los nueve años que estuvieron paralizadas las obras, Juan José recuerda las dificultades a las que tuvieron que hacer frente hasta que se decidieron a pronunciarse al respecto. «En algún momento no veíamos el final de la obra y pensamos en cerrar. A los dos o tres años, al ver que no empezaban, hicimos manifestaciones callejeras para solicitar una solución urgente. No estábamos en nuestro entorno y queríamos regresar a nuestras raíces», explica el librero, que apunta al significativo descenso de las ventas, a lo que argumenta que el local provisional no tenía la visibilidad para los turistas como el originario. «Los que venían a la librería eran clientes que nos conocían o que venían por libros recomendados», comenta Juan José, que cifra en un 50 por ciento el consumo de los visitantes foráneos, aproximadamente el porcentaje de ventas que padeció el negocio.

El regreso se retrasó ocho meses

En 2011 se le anunció a los propietarios la vuelta al solar, previsto el plazo para el pasado julio, cuando las reformas hubieran concluido. Esta fecha se ha retrasado casi ocho meses, hasta la pasada semana, cuando los propietarios se trasladaron definitivamente a la Judería. «Los últimos días me recordaban a la mili. Te preguntas cuándo va a terminar», confiesa el librero. El pasado sábado, al fin, se llevó a cabo la inauguración con la actuación de dos cuentacuentos y la presencia de niños de distintas zonas de la geografía andaluza que inundaron de infancia el estreno.

Ahora, Juan José e Inma se emplean a fondo en su nueva andadura. Han ampliado los horarios de apertura a los domingos y su objetivo para el futuro se centra en atraer proveedores para diversificar los idiomas de los libros y así llegar a más públicos. Juan José resume su entusiasmo y sentencia: «Tenemos una inyección de luz». No se sabe si como metáfora.