Cinco bares de la ciudad tendrán su particular chivato para combatir el exceso de ruido en las terrazas. Habrá un dispositivo en la fachada que tomará mediciones constantes y que emitirá un pitido de alerta cuando la contaminación acústica supere los 80 decibelios durante un periodo superior a los ocho segundos. Será el aviso a los clientes de las terrazas para que bajen el volumen de la conversación y ayuden a mejorar la convivencia con los vecinos.

Este dispositivo ha sido desarrollado por Inoise Technologies y estará de prueba por primera vez en Málaga. La experiencia durará un mes y permitirá, además de ayudar a concienciar a los clientes del volumen del ruido que generan, tomar mediciones constantes de la evolución del sonido para estudios posteriores.

La iniciativa parte de un acuerdo de este empresa con las asociaciones de hostelería EHMA Costa del Sol y Aserca y el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga, que recibirá los datos de las mediciones.

Los medidores se han instalado en tres establecimientos del Centro y dos de Teatinos, comenzando la primera semana sólo tomando datos de los decibelios que se generan en las terrazas. Una vez que se complete esta primera semana, y haya ya una idea clara de los horarios más conflictivos, se activará la opción de aviso a los clientes, que estará así durante tres semanas.

Los avisos serán mediantes señalas sonoras y lumínicas, al encenderse un círculo de luces rojas al tiempo que se marca un aviso de «Silencio». Un pitido servirá de advertencia a los clientes para que moderen el volumen de la conversación.

Tecnología avanzada

El consejero delegado de Inoise Technologies, Francisco Valencia, destacó que «el oído se va adaptando a un nivel de ruido y si nadie nos indica que estamos superando los niveles adecuados, cada vez lo que hacemos es hablar más fuerte». En este sentido defendió la gran novedad que supone este dispositivo, al permitir «hilar muy fino, calculando los decibelios por décimas entre los 40 y los 99,9». Además, transmitirá los datos en tiempo real por internet, lo que es muy útil para realizar un seguimiento de la evolución del ruido en una zona.

El primer dispositivo, situado en la calle Ángel del Centro, se ha instalado en una vía donde hay una importante concentración de terrazas pese a su poco tamaño. La idea es que, además de los datos que se puedan obtener de las mediciones, realizar una encuesta entre los vecinos para ver si han apreciado una mejora de la contaminación acústica.

Concienciación

El concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, apuntó que «los establecimientos cumplen la normativa y no se va a multar al ciudadano por hablar, pero al menos sabrá cuándo se está generando ruido», recalcando en la necesidad de concienciar al malagueño para lograr objetivos a medio plazo y «compaginar el derecho al ocio de los ciudadanos con el derecho al descanso de los vecinos».

El edil de Medio Ambiente insistió en que esta medida, que no tendrá ningún coste para el Ayuntamiento, no tiene un fin punitivo: «los datos quedarán almacenados en los equipos con finalidad exclusivamente de investigación».

El presidente de EHMA Costa del Sol, José Luis Ramos, destacó que estos dispositivos demostrarán que «el ruido no sólo se produce de noche, sino también de día», y que durante el periodo nocturno se debe «no sólo a la gente que está en las terrazas, sino al tránsito de gente de un sitio a otro». De hecho, considera que no habría que colocarlos únicamente en las calles donde haya bares, sino también en otras vías sin comercios.

Respecto al aumento de bares en el Centro, Ramos indicó que «no se puede impedir a un negocio que se instale» y aclaró que será la propia evolución natural del mercado el que regule esta situación. Además, recordó que no es un problema de saturación del Centro, sino de algunas calles.

Un 30% de la población sufre un exceso de ruido

Alrededor del 30% de la población de Málaga soporta ruidos por encima de los 65 decibelios, según las mediciones totales del mapa de ruido de la ciudad. Esto supone que tres de cada diez habitantes de la ciudad soportan un límite de ruido por encima de lo que se considera tolerable y que marca la frontera entre lo que es contaminación acústica y lo que es sólo sonido.

Visto estos datos en el contexto de España, Málaga es la novena capital que soporta mayor nivel de los 19 mapas de ruido estudiados de otras tantas ciudades, atendiendo a los datos globales de estas mediciones y al volumen de población expuesta a más de 65 decibelios. Para que nos hagamos una idea, 60 decibelios es lo que genera una conversación sosegada, mientras que 70 decibelios es el equivalente a una conversación en voz alta o un extractor de humo. No obstante, respecto al mapa de ruido de 2007, la contaminación acústica ha bajado en 3 decibelios.