Juan Antonio López fue elegido hace una semana presidente del comité español de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Sustituye al frente de esta organización a Carlos Sánchez, director de la Fundación Naturaleza y Hombre de Cantabria. Asume un mandato de tres años, con opción a renovarlo por un periodo igual de tiempo. Es el presidente de la ONG malagueña Aula del Mar. Dirige el equipo científico de esta entidad comprometida con la educación y participación en la conservación de los recursos naturales y en la mejora de la calidad ambiental y de vida, desde la sostenibilidad y la solidaridad.

¿Qué significa para usted asumir la presidencia del comité español de la UICN?

Es un honor y un reto bastante importante tanto a nivel profesional como personal, porque la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) es la mayor organización de conservación que existe a nivel mundial. Está representada en 160 países en todo el mundo y está formada por más de 1.200 miembros, entre los que se encuentran gobiernos, agencias gubernamentales, instituciones públicas y grandes y pequeñas ONG. La sede en en Gland, en Suiza. La UICN tiene un staff compuesto por más de un millar de trabajadores contratados en las distintas oficinas regionales. En Málaga tenemos la Oficina de Cooperación del Mediterráneo, situada en el Parque Tecnológico de Andalucía. Cada cuatro años hay congresos mundiales donde presentamos mociones y se aprueban resoluciones en distintas partes del mundo.

¿A qué se dedica el comité español de este importante organismo de conservación de la naturaliza de carácter internacional?

El comité español es, desde hace 7 años, el tercer comité más importante de la UICN, tras el francés y el holandés. Tiene mucha importancia e influencia. En la actualidad somos 36 miembros, entre los cuales está el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Gobiernos autonómicos como el vasco o la Junta de Andalucía, y ayuntamientos, como el de Málaga. Les he propuesto, que formen parte de mi junta directiva y será la primera vez que un gobierno local lo haría. También se incluyen grandes ONG con miles y miles de socios, como son Ecologistas en Acción, WWF Aena o la Asociación Española de Ornitología... El Aula del Mar está integrada en la UICN desde el año 2000 y desde 2007, a través de mi persona, forma parte de la junta directiva, en la que he ocupado el cargo de vocal. El comité español es un foro único donde tenemos la suerte de poder contrastar e intercambiar opiniones desde diferentes perspectivas, todos con igual voto, y entre todos influenciamos o asesoramos políticas ambientales a nivel local, regional y nacional.

¿Cree que el comité español de la UICN tiene suficiente influencia en las políticas urbanísticas que llevan a cabo los gobiernos?

Siempre hace falta tener más. Estamos luchando por tener más. Es uno de mis retos en la presidencia.

¿Cómo lo consiguen?

Tenemos la suerte de que entre nuestros miembros, en las asambleas locales y reuniones periódicas de junta directiva, estamos en permanente contacto con el Ministerio, con la fundación Biodiversidad y con otras entidades e instituciones y en ese sentido hay posibilidad de participar a la hora de tomar líneas de acción o las directrices. La UICN cuenta con miles de investigadores y expertos científicos que constantemente aportan información seria y verificada de la situación de las especies, de las poblaciones y su hábitat, tienen las listas rojas de especies amenazados, también otra lista roja de espacios, así las listas verdes de espacios protegidos tanto marítimos como terrestres que por su estado de conservación sirven de ejemplo para trabajar en la misma línea en otros territorios, siempre con miras internacionales.

¿Qué opina del interés de las empresas por llevar a cabo estudios de impacto ambiental y prospecciones de gas ante las costas malagueñas?

La UICN ya se manifestó al respecto en los dos últimos congresos mundiales, celebrados en 2008 y 2012. y lo seguirá haciendo en el de 2016, que se celebrará en Estambul o en Hawai. La membresía española presentó una serie de mociones sobre las prospecciones petrolíferas y conseguimos que se aprobara una resolución con respecto a esta problemática. Y en ese sentido, dentro de lo que es la UICN se mira mucho, con lupa, dónde se hacen y qué repercusión pueden tener.

¿Existen riesgos que en el litoral malagueño se produzcan seismos com los registrados en otros puntos de la geografía española si se autorizan estas prospecciones?

Hay riesgos, por supuesto. Nosotros estamos un poco bajo el criterio de la precaución. Consideramos que ese tipo de acciones tienen un gran riesgo en una zona tan estratégica y tan sensible por su espacio y superficie, tan cerca del Estrecho de Gibraltar, una zona de tanto tráfico marítimo y de enorme densidad de población. Inicialmente consideramos que se deberían de buscar otras alternativas.

Entonces, ¿por qué aún no se ha dicho la última palabra al respecto? ¿Si ustedes que son los expertos sostienen que existen riesgos y temen por ello, por qué se insiste en las prospecciones?

En efecto, no se ha dicho la última palabra al respecto. Los gobiernos tienen una soberanía sobre sus territorios, pero están suscritos a unos convenios internacionales. España, por ejemplo, está suscrita a ellos y, por tanto, le es exigible que mantengan una coherencia, aunque no son imperativos.

¿Podríamos hablar como mínimo de un Gobierno incoherente si España autorizara las prospecciones en Alborán?

Podríamos hablar de eso...

¿Si el comité español de la UICN hubiera tenido entonces el mismo nivel de influencia que ahora, se podría haber evitado el sobre desarrollo urbano de la Costa del Sol?

Estoy convencido de que en ese tiempo la UICN tenía influencia, pero en España aún tenía muy poca presencia. Hay que tener en cuenta que la UICN es una red de organizaciones, una plataforma, no es una organización ecologista, porque entonces no estarían dentro las propias organizaciones públicas. Es una red conservacionista, en el más amplio sentido de la expresión. Un foro de encuentro donde se busca el consenso, el acuerdo y los puntos en común. Y en ese sentido se consigue más que con el enfrentamiento. Ese es el papel que consideramos que tiene el comité español de la UICN, que es un papel único e importante. Así lo manifiestan las propias organizaciones ecologistas y las organizaciones públicas. Ahora es un buen momento porque cada vez tiene más fuerza el comité español tanto de cara al exterior y como interior. Nuestro compromiso es unificar más la parte nacional.

El pasado mes de enero, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, durante una visita que realizó precisamente a Marbella, anunció que se comprometía a reactivar el sector de la construcción, al que considera estratégico para la economía de la comunidad. ¿Cree que aún hay suelo disponible para ello?

No tengo la información precisa sobre la existencia de suelo y sus características y si es o no es urbanizable. Está claro que la urbanización del litoral andaluz, bajo mi punto de vista, está muy muy por encima de su capacidad. Hace tiempo que nos pasamos. Lo que habría que ir es hacia atrás. La otra cara de la crisis es que ese boom del ladrillo se paralizó. Actualmente hay un proyecto de la Junta de Andalucía, que tiene sus detractores también, como es el corredor verde litoral, que quieren aumentar la zona de protección ambiental del litoral andaluz. Yo lo que espero es que la Junta sopese este aspecto de conservación y lo prime. Más que el otro plan de fomento de la construcción. Me consta que dentro de las propias administraciones públicas hay intereses enfrentados.

Mal asunto. Fíjese en el hotel del Algarrobico. Los ecologistas denuncian que los tribunales van a legalizar como sea el hotel construido por Azata en este paraje almeriense. ¿Qué opinión le merece?

Hay poco que decir. Me parece que todos sabemos lo que esto puede suponer. Y no estamos hablando de un tema puntual de construcción de un complejo hotelero, sino de todo lo que puede influir negativamente a su alrededor. Bajo mi punto de vista, el tema del Algarrobico podría significar un antecedente muy negativo para el desarrollo de la conservación, ya que a partir de ahora, en cualquier sitio se puede hacer lo mismo, ya que existiría jurisprudencia. Esto es algo que nos inquieta mucho. Andalucía, dentro del territorio nacional, presume de su enorme territorio de conservación, de su red de espacios naturales protegidos y de sus zonas casi vírgenes. Aprobar el Algarrobico sería una gran mancha negra en nuestro currículum.

¿Confía en que la Junta de Andalucía ejerza el derecho de retracto que tiene sobre la finca?

No sabría qué decir. Hay cosas que se nos escapan de nuestra comprensión. Pero bueno, pese a los intereses de carácter institucionales que puedan existir, confío en que sean sensatos y coherentes y valoren adecuadamente la situación.

¿En qué estado se encuentran las colonias de especies amenazadas en el territorio marítimo y terrestre de la provincia de Málaga? ¿Observan cambios? ¿Nos tendríamos que preocupar todos?

Afortunadamente, en estos últimos 20 años no ha habido grandes cambios. Se han sumado algunas especies más a la lista roja, pero aquí se ha hecho una labor muy importante, tanto a nivel de la propia administración regional con sus competencias, tanto a nivel local, y hemos mejorado. Mi impresión es positiva porque se ha mantenido un poco los estatus de poblaciones de las especies amenazadas, no ha habido información de ninguna desaparición de estas especies en peligro o sensibles y sí se está siendo muy estrictos en lo que son los propios espacios naturales protegidos. Y hay que seguir avanzando por ahí. Este año ya parece que se va a hacer realidad las zonas de especial conservación (ZEC), lo que obligará que la Junta a que tome parte y amplíe esos territorios protegidos. Ya a nivel marino tenemos zonas importantes.