­Se acabo la devaluación. Al menos, de momento. El mercado inmobiliario de la provincia equilibra de nuevo sus precios, después de varios años marcados por una tendencia forzosamente a la baja. En lo que lleva transcurrido de curso, a lo que suma el cómputo general de 2013, la Costa del Sol ha logrado atemperar la caída hasta situarla por debajo del 5 por ciento, lo que para la consultora Tinsa, y especialmente si se confronta con los precedentes inmediatos, no presume ya ningún salto al vacío, sino más bien lo contrario: el regreso a la estabilidad del mercado.

En los últimos siete años, el valor de las operaciones se ha derrumbado con un estruendo que, si bien no es, ni mucho menos proporcional, se asemeja en su brutalidad a la miniaturización sufrida por la demanda. El ejemplo más evidente es el de Casares que es el punto costero del país en el que más se han abaratado las casas, con un 59,7 por ciento de diferencia en los precios respecto a 2007.

Según el informe de Tinsa, otros municipios de referencia de la Costa del Sol como Benalmádena, Estepona o Manilva figuran también entre los diez primeros puestos del litoral español en lo que respecta a la caída media del metro cuadrado. Un fenómeno que, de acuerdo con la consultora, ha sido fundamental para la evolución del mercado en la zona comprendida entre Málaga capital y Nerja, que ha rebajado su stock a la mitad en los últimos años. No obstante, la tendencia empieza a revertir. Especialmente, en Marbella, que en los tres primeros meses de 2014 fue el punto del país en el que mejor crecieron los precios: un 4,8 por ciento.