La transparencia no tiene nada que ver con tuitear una agenda repleta de actos diseñados para la rentable foto de la peña de vecinos. Menos victimismo y más gestión, que 701,3 millones de deuda, la quinta de España, es un insulto para una ciudad que apenas crece por los proyectos que le caen del cielo a pesar de las malas caras y las zancadillas.

Flaco favor le hace a Paco un folleto que lo pinta como víctima de su nómina, cuando en su etapa como senador se levantó 90.000 euros anuales con un bagaje de 48 preguntas escritas, una oral en Pleno y otras dos intervenciones no concretadas en su perfil del Senado. Agotador. Ya puestos, que diga el neto que ha sumado como alcalde en 14 años; teniente de alcalde (1995-2000); consejero de Economía, Hacienda y Turismo de la Junta Preautonómica de Andalucía (1978-1979); diputado del Congreso (1977-1982); y presidente de la Diputación de Málaga para su tocayo Franco, con quien comparte una extraordinaria fotografía disponible en internet. Todo un patrimonio.

Y un ejemplo de esfuerzo y regeneración democrática que le ha visto las orejas al lobo.