La policía analizó el testimonio de hasta nueve testigos para la resolución del caso de la supuesta agresión sexual del pasado domingo, para la que fueron claves la grabación del móvil que uno de ellos hizo así como las contradicciones de la chica que, entre otros asuntos, alegó haber salido de trabajar a las 7 de la mañana pese a que su horario de trabajo concluye a las 3 de la madrugada.

En total, cinco testigos que presenciaron el acto sexual entre la joven y dos de los supuestos agresores. Todos ellos trabajan en puestos de comida rápida del Real de la Feria. Cuatro en una hamburguesería y una en un establecimiento de venta de gofres. Además, fue clave la llamada de un hombre que informó de que la joven caminaba con ellos como si de sus amigos se tratara. También fueron fundamentales las declaraciones de dos amigas de la joven y del encargado de la caseta de copas en la que trabaja. Todos ellos afirmaron que la chica había estado toda la noche con los que señaló como sus agresores bailando y bebiendo chupitos.

Pero antes de estas declaraciones, los agentes ya se vieron sorprendidos por lo contradictorio de la versión de la joven. En la tarde del domingo, se personaron en la caseta y anduvieron hasta la atracción del toro mecánico. Observaron que la distancia entre ambos sitios era amplia. Según el atestado «observaron que existe una distancia considerable y que en el camino hay multitud de atracciones, siendo factible el hecho de poder haberse encontrado con alguna persona a la que pedir auxilio». La distancia es más que significativa.

Sin embargo, la policía dio credibilidad a la denuncia de la joven mientras seguían recopilando pruebas y testimonios. Según la defensa, el médico forense que examinó a la joven también tuvo sus dudas sobre la violación, pues el desgarro que presentaba en el ano -que precisó de un punto de sutura- podía deberse a la falta de lubricación en el acto sexual o, incluso, a que la joven tuviera problemas de estreñimiento.

El caso se fue desmontando conforme pasaron las horas y en el momento en el que los investigadores contaron con el vídeo de la supuesta agresión sexual confirmaron lo que los testigos y los supuestos agresores dijeron: la relación sexual, aparentemente, fue consentida.

Otro de los aspectos claves fue una fotografía hallada en el móvil de uno de los cinco jóvenes del barrio malagueño de La Corta. En él se observaba cómo, justo a la hora en la que la joven alegaba haber sido violada, se la veía junto a cuatro de los jóvenes sobre las colchonetas de la atracción en actitud sonriente y amigable.

El caso se archivó en la mañana del miércoles tras el análisis de toda la información. Las pruebas recopiladas así como las declaraciones registradas por parte de los propios protagonistas y los testigos arrojaron luz sobre el caso. La teoría de la violación se desmontó pues todos coincidían en sus versiones, no así las de la supuesta víctima.

La defensa ha informado de que va a querellarse contra la joven por falsa denuncia, pues alega que cada uno de los jóvenes podía haber soportado una pena de prisión de hasta 15 años. Aún está por ver si el ministerio fiscal también actuará contra la joven de 20 años.