Una vecina de la calle San Quintín se ha caído en el interior de su vivienda y no puede abrir la puerta. El Real Cuerpo de Bomberos de Málaga tiene que acceder a la casa con un vehículo escala para atenderla, pero el agente que llega en primera instancia no es médico y no se atreva a valorar el alcance de las lesiones y decide llamar al 061. Esta situación vivida ayer en la capital podría haberse evitado si la ambulancia de los bomberos no estuviese desde el martes en el taller del concesionario Mercedes esperando una pieza que le exigen los inspectores de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).

Según explicó ayer el Sindicato Profesional de Bomberos de Málaga (SPBM), la única unidad médica que posee operativa el Real Cuerpo de Bomberos de Málaga se encuentra fuera de servicio desde entonces, cuando fue trasladada a las instalaciones de la ITV para obtener una nueva prórroga. Sin embargo, la furgoneta Sprinter no pasó el control mecánico al detectar los inspectores una «deficiencia grave» en la transmisión. Según un portavoz del sindicato mayoritario, la reparación exige el recambio de una pieza rota que obligó a llevar la ambulancia al concesionario oficial, donde ayer por la tarde seguía esperando el recambio y así poder superar la ITV.

Mientras esto ocurre o no, el Ayuntamiento de Málaga se ha visto obligado a suplir la ausencia con una ambulancia que Cruz Roja ha cedido al cuerpo y que llegó ayer al parque de central de Martiricos sobre las 14.00 horas.

El SPBM, que viene denunciando en los últimos meses una importante falta de medios, mantenimiento e inversión en el cuerpo, se preguntaba ayer por el destino de la segunda ambulancia que no hace más de dos años compró el Ayuntamiento para los bomberos. «El vehículo se llegó a recepcionar, pero al no cumplir con los requisitos legales se trasladó a Madrid a carrozar de nuevo y nunca más se supo».