«Es una pena como está esto», comenta María Victoria Jaén. Vecina de la Victoria en su infancia, muchos años después ha vuelto a la zona y cree «que son muchas cosas las que hay que hacer». Victoria ha ido a comprar a la droguería de calle Lagunillas y recuerda «que antes esto era una maravilla, con tiendas de todo tipo y mucho ambiente».

Pero algo está cambiando, al menos en el movimiento vecinal, pues la asociación de vecinos y comerciantes de Lagunillas, en trámites de constitución, viene con ganas de cambiar las cosas y mejorar la calle y su entorno.

«Lo que queremos para el barrio es calle Granada, es decir, que sea una calle reactivada con comercios activos, servicios diarios, mantenimiento y seguridad», explica el presidente vecinal Juan Antonio García Domínguez. La asociación tiene también otro gran objetivo: «Sacar a Lagunillas de la catalogación que tiene la UE de barrio marginal porque es perjudicial para los intereses de la propia calle y de toda la ciudad».

Juan Antonio García Domínguez insiste en el mantenimiento y limpieza que a su juicio falta de forma alarmante en la zona y pone como ejemplo la vecina plaza de Marcelino Champagnat, refugio del botellón. Por allí pasea con su perro, recién llegada a Málaga, Naira: «No hay mantenimiento y la gente no tienen ningún tipo de conciencia. Este barrio necesita mano e intervención porque está muy desatendido», destaca.

«No somos calle Larios para baldearnos todos los días», comenta una vecina en la veterana carnicería de Jesús Manuel Moreno de la calle Lagunillas: «Mi padre empezó en el 50 y tantos o incluso antes», cuenta del establecimiento. Para el carnicero, faltan viviendas ocupadas pero también aparcamientos que animen a acudir a los comercios. «De limpieza, unos día está peor y otros mejor, ahora hay una racha que están viniendo más», comenta, mientras Pilar Gutiérrez, una clienta, pide más baldeo pero también destaca que por fin han limpiado los solares.

En uno de ellos, municipal y que se encuentra en la calle Esperanza, la Junta iba construir unas tecnocasas para jóvenes, un proyecto que naufragó. En el solar resultante, resalta Juan Antonio García Domínguez, los vecinos quieren que no se construya y que quede como plaza. El Ayuntamiento de momento la ha asfaltado, vallado y ha pintado un campo deportivo. Además, ahora mismo hay macetones, murales y grafitis, una de las actividades de la activa asociación Fantasía en Lagunillas. La idea, señala el presidente vecinal, es que una parte, un cuadrado que da a la calle Lagunillas, tenga bolardos separadores y se use «para aparcamientos con estacionamiento limitado para favorecer el resto», mientras que el resto del espacio, un amplio rectángulo, «sea un parque de usos múltiples con cine de verano, celebración de las cruces de mayo o del Día de Andalucía... que haya cosas del barrio, todo muy regulado en el tiempo».

Además, aprovecha para reclamar que se mantenga en pie y se restaure una casa vecina a esta plaza con un balcón preñado. «Es la única casa taller del XVIII que queda en pie», señala, por eso propone que «no se tire abajo (carece ahora mismo de protección) y que sea para una asociación o para biblioteca».

La asociación, entre otras muchas demandas, también reclama un punto limpio en una parcela vecina de la Junta que está abandonada, la mejora del jardín de Miguel Reyes y sobre todo, limpieza y mantenimiento, para que el parecerse a calle Granada no sea una quimera sino un objetivo real.