­Manuel Maeso, presidente de la Carta Malacitana y experto en gastronomía malagueña, aboga por la buena alimentación con productos ecológicos. Ayer ofreció la conferencia «El patrimonio gastronómico de Málaga», dentro del curso de verano «Tradición e innovación dentro de la gastronomía malagueña actual» en los cursos de verano de la Universidad de Málaga que se celebran en Archidona.

¿Comer saludable es caro?

Es un concepto relativo y depende de la parte del sueldo que se considere que debe asignarse a la alimentación. En Occidente lo que se paga por alimentarse no llega a un 20 por ciento del sueldo. Se piensa que comer debe ser barato, pero eso no está tan claro. La buena comida cuesta dinero. La buena alimentación vale más de ese 20 por ciento. Y eso es invertir en salud, porque lo que te ahorres ahora lo gastarás de mayor para tapar goteras.

¿Hay desinformación en el etiquetado de los productos?

Sí. Son los trucos de los perros viejos de los fabricantes, sobre todo de productos más baratos. No se trata de que la comida sea barata, sino tener la suficiente capacidad adquisitiva para comprar la comida buena. Tenemos derecho a vivir decentemente, sobre todo cuando nos vamos enterando de la cantidad de dinero que va desapareciendo de los circuitos a los que tiene derecho la ciudadanía y va a bolsillos privados.

¿Cómo se podría mejorar la buena alimentación?

La gastronomía debe ser una categoría política y enseñarse en el colegio. Hay que informar a la ciudadanía. Haría falta una mayor apuesta institucional por la promoción en la escuela de los valores de la dieta mediterránea. Se habla de la salud pública, pero no se habla de incidencia de la alimentación en muchas enfermedades y en la necesidad de que la alimentación sea mejor para la salud pública. Nos está costando el dinero, porque las enfermedades están provocadas por una mala alimentación. El Gobierno se gasta dinero en tapar goteras en lugar de poner cimientos.

¿Qué opina sobre los reality show de cocina?

Tengo una opinión agridulce. Se pone de manifiesto lo bonito del mundo de la cocina en su operatoria. Pero es alienante, porque la cocina no es un mundo de competiciones como se plantea. La imagen que recibe de la cocina un niño que vea eso no es una imagen que sirve para nutrir y disfrutar de los alimentos. Se está jugando con la comida. Hay algo de frivolidad.

¿Se está perdiendo la gastronomía mediterránea?

Hay desafección de la población respecto a la alimentación mediterránea. Se habla cada vez más de alimentación mediterránea, pero practicando cada vez menos.

¿Afecta la comida basura a la buena alimentación?

Claro que afecta. Se consumen tóxicos como pesticidas o conservantes, que por separado dicen que no son malos, pero cuando interactúan… Con estos alimentos el futuro va a estar marcado por las enfermedades. Se está traduciendo en un cuadro clínico poblacional muy alarmante y se está mirando para otro lado. Es la política del avestruz respecto a la alimentación pública.

¿Se valora más fuera la gastronomía malagueña?

Cada vez se aprecia más, pero antes no estaba de moda la cocina malagueña. Desde la Carta Malacitana luchamos por que se valore esta gastronomía por la salud pública, por el patrimonio cultural o por la manera de ver la vida.