Julián Muñoz, exalcalde de Marbella, entró en prisión por segunda vez en abril de 2013 para cumplir seis años y medio de cárcel por el caso Blanqueo. También fue sentenciado a siete años por el caso Minutas. Tras más de un bienio transcurrido de su segunda etapa entre rejas, nunca como hasta ahora la preocupación por su estado de salud ha sido tan grande. Ayer y antes de ayer, aseguraron fuentes penitenciarias, estaba tranquilamente en su módulo charlando con otros presos, pero su estado no es bueno: tiene graves problemas circulatorios y en las últimas semanas ha salido varias veces a centros hospitalarios para someterse a chequeos.

Las especulaciones se han disparado: estos rumores van desde que hace tres semanas habría sufrido un ictus a que él mismo ha pedido, a través de su abogado, poder ser atendido por médicos especialistas externos a la prisión.

Fuentes judiciales aseguraron que un tribunal le habría permitido ser tratado fuera de la cárcel en un centro sanitario de su elección. También señalaron que ha reclamado que se le sometiera a un chequeo general y se le realizara una completa batería de pruebas para determinar su salud con exactitud, porque él pretende, indican estas fuentes, ser excarcelado por ello. En parte de este proceso habría intervenido la Sala de la Audiencia Nacional, encargado de condenar al exregidor por Saqueo 2, así como el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria.

Fuentes cercanas al preso confirman que un forense habría atendido al preso hace unas semanas y otras distintas a las anteriormente

mencionadas insistieron en que «hace días salió al Hospital Clínico» pero ayer estaba «bien». En lo que sí insistieron estas fuentes penitenciarias es en que ha perdido muchos kilos y que ha dejado de fumar, algo que agradecerá su circulación, aquejada de una grave flebitis. Sin ir más lejos, en diciembre pasado ya fue llevado al Hospital Clínico para ser tratado de un fuerte dolor en el pecho. «Tiene la pierna negra», explicó su entorno.

Por tanto, él se está haciendo ahora un chequeo que, en opinión de las distintas fuentes consultadas, va encaminado a que pueda ser excarcelado dada su edad (66 años) y su precaria salud con el fin de ser atendido en un centro adecuado. Incluso, se ha apuntado la posibilidad de que en algún informe del Instituto de Medicina Legal (IML), donde tiene dos expedientes abiertos, se aconseje esta medida, pero pocos extremos se han confirmado, al menos por fuentes oficiales.

«Está muy desmejorado, muy delgado. Ha salido varias veces al hospital en las últimas semanas, y ha perdido mucho peso, pero ayer y antes de ayer estaba bien en su módulo», insistieron las fuentes penitenciarias.

Ya en 2007, estando ingresado en la cárcel de Jaén tras ser detenido en el caso Malaya, sufrió una angina de pecho y, en 2006, su entonces abogado, el mediático Javier Saavedra, habló en una vista para solicitar su excarcelación de que había sufrido un infarto silente.

El secretismo que rodea sus problemas de salud es total, y en estas semanas se ha vuelto a especular, como ocurrió en diciembre de 2006, con un ictus. Hay quien habla de que va a salir de prisión antes de que acabe el verano. «No está para seguir en Alhaurín de la Torre», dice una fuente jurídica.