Con una ciudad en pleno apogeo en cuanto a recepción de viajeros se refiere, se erige una nueva figura vacacional que permanecía oculta en las sombras, pero que parece haber despertado para conquistar el mayor trozo posible de pastel. Desde hace algunos meses, los dirigentes hoteleros asisten a la irrupción de una nueva figura que en algunos casos es identificada como posible competencia: los apartamentos y viviendas turísticos.

La evolución experimentada por los apartamentos deja entrever que se trata de un sector de moda, cuya oferta se ha incrementado en un 80%. Esta cifra, no apta para incrédulos, se explica con el paso de 1.001 plazas en el año 2014, a 1.829 en el presente 2015.

El año pasado, 35 nuevos establecimientos de este tipo se inauguraron en Málaga capital, poniendo de manifiesto una tendencia al alza que parece no tener cima, ante la mayor afluencia de turistas y su relación directamente proporcional con la revalorización del mercado inmobiliario. Cada vez más propietarios de pisos del Centro se adentran en este sector ante la imposibilidad de vender sus propiedades. Los beneficios, de momento, están asegurados.

Los precios de los apartamentos turísticos resultan bastante económicos para las familias que vienen de fuera. Sobre todo, en el aspecto culinario: «La figura del apartamento turístico surge como una demanda del extranjero. Comer y cenar en la calle supone una gasto adicional, que las familias se pueden ahorrar si realizan esas comidas en su apartamento con cocina siguiendo el régimen que quieran» concluye Juan Luis Ruiz, gerente de Apartamentos Marqués de Guadiaro.

Por otro lado, en el alquiler de viviendas vacacionales, Málaga se coloca líder indiscutible a nivel nacional, según el portal Vacaciones-España.es. Y es que, la provincia ha registrado un 26 por ciento del total de solicitudes de la web, seguida por Cádiz y Granada.

En Andalucía, de los 2.500 alojamientos disponibles en la página, 1.000 corresponden a Málaga, con una mayor demanda en la zona litoral, sobre todo en los municipios de Marbella, Nerja y Benalmádena.

Todos los datos arrojados hasta el momento explican que respecto al primer semestre del año anterior, el alquiler de viviendas vacacionales haya aumentado en un 31% a nivel nacional, generando en un año más de 2.600 millones de euros, según el I Estudio sobre Impacto Económico y Social del Alquiler Vacacional en España.

Los principales motivos que explican el auge de la cesión monetaria de casas nos lo explica Jannich Petersen, director de Operaciones de Vacaciones-España.es: «Las viviendas son una modalidad de alojamiento que ha existido en España desde hace varias décadas, sobre todo en las zonas de costa o rurales. Actualmente, lo que estamos viviendo es una visibilización y una profesionalización del alquiler de corta temporada que además coincide con récords históricos en cuanto a número de turistas en España. Alquilar una vivienda vacacional les resulta práctico, cómodo y asequible».

Este tipo de viajero busca un modelo complementario de turismo que los hoteles no pueden ofertar de la misma forma, pues la privacidad, las instalaciones internas y el trato de primera mano juegan un papel fundamental: «Mi casa puede recoger hasta a 8 personas que tienen privacidad total, por lo que pueden estar haciendo una barbacoa o invitar a unos amigos a tomar una copa, cosa que en el hotel es más difícil. Además, el trato con el cliente es más cercano. Traigo al turista le enseño la zona y le indico los distintos puntos de interés. Eso en un hotel es más complicado porque el director no se va a preocupar de todas esas necesidades», defiende Pedro Herrera, propietario de un domicilio de alquiler en Mijas.

Cada vez son más frecuentes las quejas por parte de la industria hotelera, Su preocupación se justifican en la indeterminación jurídica del sector, que no está regulado todavía. El último estudio de Exceltur señala que en Málaga 28.763 plazas de alojamiento corresponden a viviendas, mientras que 10.608 corresponden a alojamientos reglados.

Además, el gasto medio diario por parte del turista resulta significativo, ya que en una vivienda se paga una media de 51,5 euros, mientras que un usuario reglado puede llegar a consumir hasta 93,2.

A pesar de los datos, Petersen no entiende las reclamaciones de los hoteles. «Es una competencia lícita y normal, por lo que no se entienden las duras críticas. Son propietarios particulares y pequeños gestores los que se dedican a este sector y para una buena parte de ellos es su forma de llegar a fin de mes o de generar algo de economía local. A parte, de los más de 62 millones de turistas que viajaron por España en 2014, el 14% se alojó en una vivienda vacacional, por lo que es evidente que nuestro sector es importante, pero aún minoritario».

Asimismo, el perfil de la persona que prefiere alquilar un apartamento es la de un extranjero (79 por ciento) de mediana edad (más de 46 años), que viaja con su familia (83 por ciento).

Por otra parte, los lugares de mayor recepción de turistas provienen de Reino Unido, Canadá, Irlanda y Estados Unidos, con un 31%, Francia, con un 18%, y finalmente los países escandinavos con un 12%.

La satisfacción se hace patente, ya que nueve de cada diez usuarios que han alquilado una vivienda vacacional en algún momento de su vida, recomendaría esta forma de alojamiento.