Mucho calor, pero también paciencia y nervios. Balcones adornados, malagueños vestidos de marengo y una esbelta imagen de la Virgen del Carmen que despunta desde el interior de la iglesia de San Patricio bien pasadas las siete de la tarde. El traje de marengo, los remeros escoltando el trono y las numerosas referencias marineras recuerdan por qué Huelin está tan vinculada a la advocación de la Virgen del Carmen, protectora de los hombres del mar.

La vocación marítima de Huelin se reforzó más si cabe en la procesión marítima. El embarque fue sobre las 21.00 horas en la playa de San Andrés, bendiciendo con su presencia todo el litoral Oeste, hasta el espigón de La Térmica, regresando a tierra en el mismo punto para completar la procesión terrestre por el paseo marítimo hasta la calle Mendoza, donde se produjo el verdadero encuentro entre la devoción a la Virgen del Carmen y su pueblo.

Los hermanos conocen ese punto como «la Tribuna de los Pobres de Huelin» y no es para menos. Un escenario fue la plataforma para expresar la devoción de múltiples maneras. Cantes, bailes, poesías... la Virgen del Carmen recibe muchas muestras de cariño y a las 00.30 horas entra en la calle las Navas.

Las bandas que acompañaron al cortejo fueron la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir y la Banda de Música de Zamarrilla detrás del trono.

La Virgen ha sido restaurada por Rafael Ruiz Liébana y estrenó un escapulario de Juan Rosén y un cetro de Ruiz Liébana. Además, a los pies llevaba un pez con una biznaga en la boca.