­La sensación de libertad, de agarrar el volante y conducir sin rumbo fijo a lugares desconocidos disfrutando del paisaje, alejándose de las prisas y el estrés del año, recuperando el tiempo perdido con la familia y plasmando cada momento en la retina, con la casa a cuestas, es una práctica cada vez más común.

En la época estival cientos de familias cambian los hoteles o apartamentos al pie de la playa para vivir unas vacaciones sobre ruedas. Cada vez más personas tienen caravana o la alquilan.

Están los que hacen las maletas para recorrer el mundo en caravana y los que por el contrario salen de sus casas con el calendario marcando el lugar de destino que les lleva a aparcar la roulotte o autocaravana en un camping, cuando en la provincia hay más de una veintena para elegir.

La naturaleza, el olor a tierra mojada y el silencio llevan a la mayoría de las familias a campings del interior - para escapar de la masificación de la costa- que les brindan un amplio abanico de posibilidades sobre todo a los jóvenes.

Tanto en el interior como en la costa los campings incluyen piscinas, que hacen las delicias de los más pequeños con las actividades que giran en torno a ellas.

Las nuevas tecnologías mantienen en contacto a las familias, que estrechan lazos de amistad en los campings a los que vuelven cada verano en caravana. Los grupos de WhatsApp cuadran el calendario para un reencuentro en el que se divierten con juegos de mesa o las tertulias interminables hasta la madrugada.

Convertirse en un caracol y viajar sin rumbo con la casa a la espalda es otra de las opciones de los amantes de las caravanas. Es el caso de la familia Merino Fernández, que ha recorrido miles de kilómetros en su autocaravana estacionando en parkings y lugares permitidos.

En esta línea, Málaga cuenta con 12 parkings para el estacionamiento de autocaravanas de norte a sur de la provincia y ofrece un total de 331 plazas.

Se trata de una opción más barata que los campings, ya que el precio es simbólico en algunos casos y totalmente gratuito en otros.

El presidente del Club Aire Libre Málaga- Marbella, Miguel Merino, destaca la comodidad de aparcamientos y la flexibilidad de municipios del norte de España, «muchos más que en el sur».

Merino considera más cómoda la autocaravana para hacer kilómetros «porque pesa menos que la caravana» Pero hay gustos de todos los colores. Para la familia Luque Espejo, de Campanillas es mejor la roulotte: «Nos da mucha libertad. La dejamos en el camping y vamos con el coche a conocer la ciudad».

Tanto en un caso como en el otro, camping o aventura por las carreteras, la compra se suele hacer en los supermercados cercanos para hacer de comer en las cocinas de las casas con ruedas o en los avances de los campings, lo que abarata las vacaciones.

Esto no quiere decir que sean las más baratas del mundo. Los más viajeros deben pagar el alto coste del combustible. Así, las familias que pasan sus vacaciones aparcadas en el camping suelen abonar por servicios de electricidad, piscina, parcela, aseos...unos 26 euros diarios por familia, con cuatro miembros.

Los amantes de los animales también lo son de llevar la casa detrás. Cientos de perros se abandonan en verano. El mundo de la roulotte y autocaravana favorece que la familia no se olvide del mejor amigo del hombre al que le impedirían el paso en muchos hoteles.

Sean o no baratas, quien elige este tipo de vacaciones no lo hace por el coste. Tranquilidad, descanso y estar como en casa es lo que motiva a la compra de estos vehículos cuya demanda es cada vez más alta.

Los precios son variados así como los tipos de caravanas. Las hay de dos y tres ambientes. La primera cuenta con una cama fija más un salón convertible y la segunda, un poco más grande, incluye litera. Las caravanas de dos ambientes oscilan entre los 8.000 y 11.000 euros, mientras que las más grandes cuestan entre 14.000 y 21.000 euros. Las de segunda mano rondan los 3.000 euros.

Más caras son las autocaravanas. Entre 47.000 y 70.000 euros cuestan las nuevas y unos 20.000 euros las de segunda mano. En alquiler oscila entre los 145 euros por día para familias de cuatro personas.

Una segunda casa que sin duda pocas veces cambiarán por un hotel de cinco estrellas para vivir unas buenas vacaciones.

Familia Pastrana Bohórquez. Sevilla

«Venir de camping en caravana es más económico que ir a la playa desde Sevilla»

Dejando el sol y los más de cuarenta grados a sus espaldas la familia Pastrana Bohórquez viaja desde Sevilla cada verano en su caravana rumbo a Málaga para disfrutar de las vacaciones en el camping. Este año la familia de Vicente y Lucía, quienes siempre viajan con su hija y la abuela Loli, han sumado este año hasta diez comensales cada día. Sus dos hermanas Sandra y Rocío, con sus respectivos hijos, se han apuntado al viaje en caravana. «Echamos los colchones en la caravana y en el avance, y a dormir», apunta Lucía, quien explica que ya son seis años viajando así. «Me fui de vacaciones a un camping con una amiga y me lo pasé tan bien, que decidimos comprarnos una caravana y venir siempre de camping», señala esta campista, que asegura que «ir de camping en caravana es más económico que ir a la playa desde Sevilla. Aquí lo mismo se hace un arroz con carne que unas lentejas, se come igual que en casa», indica Lucía, quien muestra el avance de cocina con nevera, microondas y todos los utensilios necesarios para hacer de comer. «Jugamos a las cartas, al ni Sí ni No, al parchís y nos reímos mucho», concluye Lucía, quien disfrutará en Málaga hasta finales de julio en familia.

Familia merino fernández. Rincón de la Victoria

«Nos encanta salir volando sin destino fijo y sobre la marcha concretar las visitas»

Antes de jubilarse Miguel soñaba con tener una autocaravana para conocer el mundo dentro de su pequeño hogar. Un sueño que alcanzó gracias al apoyo de su mujer, Toñi. Desde el año 2001 han cambiado tres veces de vehículo. Y es que han recorrido miles kilómetros de distancia desde el Rincón de la Victoria abriéndose al mundo. Sus pasos les han llevado en varias ocasiones a Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Holanda, Portugal y casi toda España. De hecho, la familia Merino Fernández tiene dos o tres salidas al mes. Y desde septiembre hasta octubre del siguiente año no cesan de ir y venir. «Nos encanta salir volando sin destino fijo y sobre la marcha concretar las visitas», asiente. Aunque no siempre viajan solos. Miguel, presidente del Club Aire Libre Málaga- Marbella, se reúne a lo largo del año con otros amantes de las autocaravanas para viajar: «Hacemos concentraciones en las que nos hemos juntado hasta 400 caravanas». En su último viaje a Salamanca han recorrido 3.000 kilómetros. «La caravana nos ha cambiado la vida. Me ha rejuvenecido», confiesa Miguel, quien a sus 68 años piensa seguir recorriendo kilómetros para, como asegura, conocer en cada rincón escondido «algo nuevo».

Familia Luque Espejo. Campanillas

«Preferimos irnos mil veces en caravana antes que ir a un de hotel cinco estrellas»

Juan y Paqui son novios desde los 14 años. Sus aventuras y hazañas son innumerables, así como las ansias por viajar y conocer nuevos lugares y culturas. El entusiasmo por descubrir les llevó en 1997 a comprarse la primera caravana, tras años acampando en tiendas. Desde entonces cientos de kilómetros quedan a sus espaldas y también la renovación de la primera roulotte. «Para nosotros la caravana es lo más. Preferimos irnos mil veces de viaje con la caravana antes que ir a un hotel de cinco estrellas», recalca Juan, quien confiesa que los destinos son decididos ahora por Lucía, su hija, que marca la hoja de ruta. La familia Luque Espejo prefiere los campings del interior en verano «porque están al 40 por ciento, menos saturados, para tener más tranquilidad. Vamos a la piscina del camping, comemos, dormimos€ así se pasa el día, descansando», señala. Su última adquisición ha sido un «remolque tienda», que se engancha al coche al igual que la caravana: «En tres minutos tienes un salón, una cama de matrimonio, igual que con la caravana y no pesa nada». En sus quince días de vacaciones esta aventurera familia montará las maletas en la caravana para emprender un pequeño viaje a lugares desconocidos.

Familia Rico Muñoz. Cabra (Córdoba)

«Pasar las vacaciones en caravana en el camping supone bienestar para mis niños»

Mariola prepara la comida, mientras Rodrigo y Lolo disfrutan de las actividades que ofrece el camping para los más pequeños. Así transcurre la mañana de la familia Rico Muñoz, que desde el mes de mayo hasta que comienzan las clases viajan desde Cabra (Córdoba) en su caravana hasta el camping los fines de semana y a pasar largas temporadas. Manolo, conductor de ambulancia, vuelve cada noche al camping para estar con su familia. «Empezamos a ir a la zona de la costa con la tienda, pero era más incomodo y decidimos comprarnos la caravana hace once años», señala Mariola, quien asegura que son un caso aparte, ya que poseen un piso en Málaga, cerca de la playa, pero prefieren la caravana y el camping. «Los niños quieren campo, bicicletas, juegos€ y aquí están más controlados», resalta. «Pasar las vacaciones en caravana en el camping supone bienestar para mis niños», apostilla Mariola, quien hace hincapié en que juegan con el ordenador, ven la televisión, los niños hacen las tareas del colegio para repasar, y ella hace la comida o cose. Aparcar su caravana en el camping ha supuesto el reencuentro con un amigo del colegio de Mariola después de 30 años, con el que seguirá disfrutando estas vacaciones en familia.

Familia Morales Urbano. Puente Genil (Córdoba)

«Las vacaciones en caravana nos hacen estar más cerca de la familia y saldría más caro ir de hotel»

Desde la entrada del camping huele al arroz a la cubana con salchichas y huevo que Montse prepara. Será una sorpresa para Seile y Montse, que son vigiladas en la piscina por José Antonio. Disfrutan de unos días en el camping, donde han llegado en la caravana que tienen desde hace cuatro años. De junio a agosto la familia Morales Urbano disfruta del camping. «Venimos a Málaga porque los camping son muy familiares», indica José Antonio. «Las vacaciones en caravana son tranquilidad con las niñas y quitarnos el estrés del año», destaca Montse, quien confiesa que sus niñas se han abierto más después de años yendo a campings. En definitiva, esta familia confiesa: «Las vacaciones en caravana nos hacen estar más cerca de la familia y saldría más caro ir de hotel». El juguete de la familia, Bady, les acompaña en su ruta en caravana.