El caso de Pepa Cerdán, la anciana multada con 125,3 euros por dar de comer a las palomas en el barrio de Las Flores de Málaga sigue sin cerrarse. Si bien al publicarse la noticia de la sanción del Ayuntamiento los técnicos hallaron lo que creían una solución, parece que no será tan fácil retirarle la multa. Tal y como contaron a este periódico funcionarios del servicio de Gestión Tributaria, la mujer podría ser nombrada insolvente y, de este modo, recuperar el dinero trabado en su cuenta hasta que acabe el plazo de alegaciones.

En caso de que la mujer fuera declarada insolvente no tendría que hacer frente a esta sanción ni a próximas por este u otro motivo. No obstante, ayer, uno de sus hijos se dirigió a Gestión Tributaria para entregar la documentación exigida para el estudio de su caso. Entregó los movimientos de la cuenta de la anciana de los últimos meses y un documento que certificaba la cuantía de la pensión que recibe la mujer. Allí, un funcionario le señaló que la cantidad de que dispone en el banco, alrededor de mil euros, pueden ocasionarle el pago obligatorio de la deuda. «Total que tener ahorros es un pecado», lamentó la hija de la anciana, María José Jiménez, que criticó que su madre cuenta con ese pequeño colchón para posibles imprevistos como el pago de impuestos esporádicos o hacer frente a gastos sobrevenidos. «Nosotros le ayudamos para que esté desahogada y eso significa que le van a pasar la multa», lamentó la hija de la afectada, que destacó que, aún así, van a estudiar su caso en profundidad. «Espero que se arregle, porque de lo contrario parece que quieren que viva al límite», señaló.

Fuentes de Gestrisam, aún desconocedoras de la situación económica de la afectada, señalaron que si la mujer tienen en la cuenta una cuantía superior al salario mínimo interprofesional la Ley obliga a la Administración a hacer efectiva la traba, es decir, a hacer efectiva la multa y retirarla de su cuenta bancaria. No obstante, reconocieron que esto no impide que pueda ser declarada insolvente provisional, lo que aún está en estudio una vez tienen en su poder la documentación necesaria sobre la situación económica de la mujer.

La historia de Pepa Cerdán se remonta al mes de marzo de 2014. Entonces, recibió una multa en casa en la que el Ayuntamiento le instaba a pagar 167 euros por dar de comer a estas aves y por tener cuencos con comida para gatos en las inmediaciones de su casa.

La mujer afirmaba a este periódico que no podía permitirse pagarla porque, aseguraba, eran muchos los gastos a los que tenía que hacer frente con su pensión de apenas 600 euros. Un vecino ayudó entonces a los hijos de Pepa a redactar un escrito para pedir la exención del pago, que lograron que se redujera hasta 125,35 euros.