­Un año y medio después de que la Consejería de Salud anunciara las obras de las urgencias del Hospital Carlos Haya están están paradas y sin visos de finalización. El 18 de junio de 2014 la consejera de entonces, María José Sánchez Rubio, anunció en una rueda de prensa que el Gobierno andaluz iba a reformar con 1,7 millones de euros esta zona del hospital.

Aunque nunca dijeron fechas oficiales o definitivas, Salud esperaba que estuvieran listas para después del verano de 2015, con la idea de afrontar el periodo de alta frecuentación -en el que estamos inmersos ahora- con la nueva estructura de las urgencias.

Sin embargo, en este año y medio, Salud sólo ha hecho una parte de lo anunciado. Primero liberaron espacio, dejando la zona en la que se ubicaba la biblioteca vacía, y la trasladaron al Materno. En octubre, el BOJA recogió la publicación del anuncio de la obra de adecuación funcional del área administrativa de urgencias, aunque de momento no hay movimiento al respecto.

El delegado del sindicato de enfermería Satse en Carlos Haya, José María de la Rosa, considera que Málaga está abandonada desde el punto de vista sanitario. «Desde 2001 y hasta ahora todos los gerentes y consejeros han anunciado obras en el hospital. Y el resultado de momento es el mismo: nada», afirma el sindicalista, que reconoce que la más ambiciosas de las obras se presentó en 2001, cuando propusieron a la gerencia una remodelación total del centro sanitario, diseñado en parte en los años 40. La estructura más moderna data de los 70.

«Faltaban espacios para camas, para quirófanos, para consultas, y las urgencias estaban muy mal, hacía falta una remodelación total», recuerda De la Rosa, que apunta a que un año después, la Junta vio con buenos ojos las necesidades y presupuestó 18,5 millones de euros. Las obras se harían en tres fases: por un lado las urgencias, por otra el edificio conocido como la «bufanda», que hoy acoge hemodiálisis y la cafetería, y las consultas, que se sacarían fuera a un nuevo edificio anexo a Carlos Haya. El espacio que quedara del traslado de las especialidades se emplearía para aumentar la cifra de habitaciones, dejando algunas para uso individual.

Una década después se hizo la «bufanda» -el edificio de cristal verde solapado al hospital- y obras menores en consultas, sin hacer la ambiciosa reforma del centro sanitario. «No he visto ninguna organización política interesada por Carlos Haya. Me siento permanentemente engañado», señala el delegado de Satse, que apunta a que lo único que se ha hecho de momento es «parchear». Así, puso de ejemplo la rehabilitación del Hospital de Día Oncohematológico y las consultas de Oncología, aún sin terminar. «No sólo hablamos de atraso, sino de los perjuicios que ocasiona que las obras no estén ya hechas. Los tapones son impresionantes y los enfermos están hacinados, da vergüenza, las cosas hay que vivirlas, no verlas. Es un desastre», señala el sindicalista, que asegura que Carlos Haya es el único hospital andaluz con una infraestructura tan antigua. «No es una apreciación, por aquí han pasado técnicos de la Consejería que han dicho que esto es inadmisible», señala De la Rosa, que cree que aunque algún día lleguen a arreglarse las urgencias, el problema seguirá a consecuencia del déficit estructural del centro sanitario.

Fuentes del centro sanitario informaron de que en 15 días, una vez cumplidos todos los procedimientos administrativos, comenzará la adecuación funcional del área de urgencias en un área de 262 metros cuadrados, la primera de las fases en el propio espacio físico de Urgencias, con un plazo de ejecución de 5 meses. «Hace un año se iniciaron las obras de liberación de espacios en el Hospital General y en el Hospital Materno Infantil eran las fases previas de liberación de espacios necesarios para acometer la adecuación funcional de la propia Urgencia, que se inicia en 15 días», incidieron.