­La dura carrera por hacerse con La Moncloa se reseteó el pasado viernes, cuando Mariano Rajoy decidió renunciar a ser investido después de la oferta que le hizo la misma mañana Podemos al PSOE para formar un gobierno de coalición. Un movimiento inesperado que, sumado a los artefactos mediáticos de Pablo Iglesias en una rueda de prensa en la que prácticamente dejó dibujado el diseño del futuro gabinete, coloca ahora al secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, en una situación envenenada. En el PSOE malagueño desconfían de Podemos y la duda sobre la conveniencia de una coalición con Podemos es total. Desde que se conoció el ofrecimiento de Pablo Iglesias, nadie entre los socialistas malagueños se ha pronunciado en público. El partido está sumido en un silencio elocuente si se tiene en cuenta que, hasta ahora, su Secretario de Organización, Francisco Conejo, ha rehuido siempre pronunciarse a favor de Sánchez y ha remitido a su homólogo a nivel andaluz, Juan Cornejo. Aunque en las últimas semanas se haya querido rebajar la carga discursiva dentro del PSOE, el escenario deja abierta la tensión por el liderazgo y la sombra de Susana Díaz es alargada.

Todo lo contrario que pasa con Sánchez, Conejo aprovecha cada ocasión para sacar a relucir su apoyo y confianza en Susana Díaz. Esto demuestra la cercanía de los socialistas malagueños con Díaz, alineados alrededor del mensaje de la líder andaluza. El escepticismo de Díaz hacia un acuerdo con Podemos no es ningún secreto, y así lo manifestará de nuevo en el Comité Federal del partido convocado para este sábado. Aunque en un principio pensado para ponerle fecha al congreso ordinario del PSOE, fuentes socialistas confirman que será clave para unificar una estrategia común y consensuar hasta dónde se puede llegar en la búsqueda de un acuerdo con Podemos. Así, Pedro Sánchez tendrá toda la semana para tratar de lograr apoyos entre los barones socialistas. Si nadie se fía de la formación morada, también hay cierta desconfianza hacia el propio Sánchez. Voces del partido afirman que existe cierta suspicacia hacia el secretario general, al verlo con una fijación desmesurada por ser presidente.

Con el futuro del propio PSOE a corto y medio plazo en juego, el mensaje que salió de la Comisión Permanente que se celebró ayer trató de amortiguar el temor en ese sentido al asegurar que «Sánchez no será presidente a cualquier precio». También se insistió, de nuevo, en respetar escrupulosamente los tiempos y se aseguró que es el «momento de Mariano Rajoy».

El PSOE tiene que dar el paso. Todo lo contrario, para Podemos se ha acabado el tiempo de espera. «Si no negociamos somos unos intransigentes y si damos un paso adelante somos unos chantajistas», dijo ayer el diputado de Podemos por Málaga, Alberto Montero, a este periódico. «Será muy complicado explicarle a los militantes socialistas que no haya un Gobierno progresista por culpa de su partido», señaló sobre la dificultad de se llegue a un acuerdo. Y es que en Podemos, según Montero, creen que al PSOE de Susana Díaz no le interesa que Sánchez forme un gobierno, y que siempre pondrán obstáculos para llegar a un entendimiento.