­Es hora de presumir de tatuaje. Tras haber pasado meses escondidos bajo grandes abrigos y jerseys con la llegada de las altas temperaturas los diseños empiezan a ver la luz y otros se encuentran en proceso de creación en los estudios malagueños.

Muchos especialistas comienzan su agosto antes de tiempo. El mes de abril es el tiempo en el que los más rezagados deciden poner tinta a su piel con diseños dispares aunque es cierto que la mayoría de los tatuadores coinciden en que los grabados de pequeño tamaño y tipología vintage han arrasado esta temporada. «Los búhos de diferentes tamaños han sido tendencia durante estos meses», confirma Antonio Francisco Subiri de Los Inkers, que insiste en que los diseños varían dependiendo de la historia personal de cada uno. Por este motivo bocetos grandes, más artísticos y especializados también ha sido reclamo y tendencia durante estos últimos meses, casi tanto como el realismo que reclaman los clientes. «Al fin y al cabo de lo que se trata es de hacer felices a los consumidores», señala Alex de Trece Tattoo que ha teñido pieles con mariposas, nombres, dibujos con simbología de libertad y que asegura que las modas siempre están presentes en la elección de los clientes.

Color, blanco y gris y de diferentes tamaños pueden ser los tatuajes que comienzan a lucir los malagueños estos días. Las chicas lo tienen claro: las frases en las costillas o los pequeños tatuajes en brazos y cuellos son sus preferidos. Los chicos siguen siendo fieles a los clásicos: tatuajes más grandes en brazos y piernas predominan entre el género masculino. Pero todos ellos comparten un nexo común: la seguridad en el diseño, la mayor parte de los que deciden tatuarse tienen las ideas claras y por eso buscan a los mejores especialistas capaces de realizar un diseño exclusivo y mucho más especializado.

La profesionalización del usuario y la pérdida de prejuicios ha llevado a malagueños de 70 y 80 años a los estudios. El empleo o los estratos sociales pierden relevancia cuando se trata de tatuarse: «Es fundamental que el cliente y el artista tatuador entren en armonía para el perfecto tatuaje», comenta Antonio Morea de Morea Tattoo algo en lo que también coinciden los especialistas de Tattoo Stone. Este último estudio situado en la Avenida de Carlos Haya lleva a cabo un proyecto con UNTAP (Asociación Nacional de Tatuadores y Anilladores profesionales) de Tatuaje reparador con Fines Estéticos Aplicados a Cáncer de Mama y señalan que cada vez son más las mujeres que se acercan a su establecimiento para tatuarse la aureola del pezón o cubrir cicatrices postcirugías.

Otros estudios como el de Tarantula Tattoo situado en el Centro de la capital también ha experimentado un incremento de este tipo de clientes: «Llevar el tatuaje a nivel terapéutico es muy gratificante a nivel personal», señala Iciar, tatuadora en este establecimiento.

La desestigmatización de los tatuajes ha traído consecuencias positivas pero también negativas para los establecimientos que han visto como cada vez más personas se han interesado en el arte de hacer los diseños y plasmarlos sobre la piel. Por esto es muy importante que el centro en el que decidan hacerse el tatuaje esté homologado por Sanidad y tenga sus correspondientes acreditaciones e inspecciones expuestas al público además de material estéril para evitar infecciones.

La frase «un tatuaje es para toda la vida» ahora es menos cierta que nunca. Hoy pueden cambiar de diseño y la especialización les ayudará a encontrar el boceto perfecto, eso sí, siempre que los enamorados de este arte no teman a las agujas.