El 17 de mayo comenzó la nueva campaña de comunicación de Infania ¿Puedo irme contigo? Rocío Rueda, la presidenta de esta asociación, cree que aún queda mucho por hacer aunque «la acogida se ha consolidado en la provincia de Málaga». Hay todo un proceso para que un menor acuda a una familia de acogida según sus propias necesidades.

¿Cuál es el perfil de personas que pueden acoger niños?

Lo más importante para nosotros es que la familia tenga una motivación correcta de ayuda a la infancia y sea estable. Se estudiará su situación y la Junta de Andalucía decidirá que medidas se tomarán. El tipo de familias pueden ser desde una familia tradicional hasta otra alternativa. Nuestros trabajadores sociales y psicólogos hacen una formación con esta familia y una valoración de esa idoneidad: se mira la historia de la familia, la estructura, la situación económica, que no es definitiva pero sí importante, hacemos un estudio de la vivienda, psicológicos y poco más.

¿Cuál es el tipo de acogida más común?

Ahora mismo la temporal y permanente. Aunque la de urgencia ha funcionado muy bien a pesar de su inmediatez y de la disponibilidad de las familias. Estamos muy orgullosos de tener un acogimiento familiar de urgencia con atención inmediata. Este programa es pionero en España. En otras provincias y comunidades hacen un acogimiento de urgencia pero no inmediato, no están las 24 horas del día, tanto las familias como los profesionales.

¿Cuáles son los principales motivos por los que se acoge a un menor?

El motivo principal es que hay una familia que no sabe, no puede o está incapacitada para atender correctamente a un niño. Los motivos pueden ser muchos, no siempre se da uno. Muchas veces son familias problemáticas en las que se dan pobreza, toxicomanías o conductas delictivas... En fin, un panorama que hace que esos niños no sean atendidos y se les esté haciendo un daño.

¿Cómo suele ser la reacción de los padres a los que les quitan sus hijos?

En un principio su reacción siempre o casi siempre es negativa: tienen miedo de no volver a ver a ese niño, de que sea adoptado. No saben muy bien el funcionamiento de la Administración, por lo que desde el servicio de protección del menor se les explica de qué va el acogimiento familiar. Nosotros por nuestra parte también entrevistamos a la familia de origen para explicarle todo el proceso. Cuando empiezan las visitas con su familia, porque el vínculo no se rompe, ven que sus niños están bien atendidos, no los van a perder por el hecho de ir con una familia acogedora y lo comprenden. Muchas de ellas piensan que están mejor con una familia acogedora que en un centro de protección. Las visitas dependen del caso. Hay casos en los que se prevé una integración, entonces serán semanales incluso en los fines de semana. En caso de que no se prevea una reintegración con su familia de origen, hay que mantener esa vinculación, pero a lo mejor son más distanciadas en el tiempo. El que una familia no tenga medios no es en sí mismo una causa para la retirada de un niño, tiene que haber otros problemas añadidos y otras situaciones en las que se esté dañando a ese niño.

¿Cuál es el proceso desde la detección de un niño con un conflicto familiar hasta que es acogido?

Primero, los servicios sociales de las zonas donde residen los niños con sus familias tienen una serie de ayudas. Precisamente para no tener que llegar al punto de separar al niño de su familia, que ya es un trauma muy doloroso para ellos. Si estas ayudas no causan ningún cambio, pasarán al Servicio de Protección del Menor, que tendría que intervenir asumiendo la tutela de ese niño. Tienen que delegar la guarda en algún sitio. Ese sitio puede ser, hasta hace poco, los centros de protección o ahora, que es lo deseable, una familia de acogida. Así se está haciendo en Málaga.

¿Se ha dado alguna vez el retorno de un niño por una familia de acogida?

Sí, menos mal que son los menos. De hecho, contamos con un margen residual de menores que a veces no logran adaptarse al funcionamiento de una familia y tienen que retornar al centro de protección porque el daño que tienen no se puede curar en una familia. Tienen que estar atendidos por profesionales que les apoyen en esas conductas y comportamientos.

¿Con qué organismos colaboran?

Colaboramos con la Junta de Andalucía: el programa de acogimiento familiar es de la Junta aunque somos nosotros los que lo ejecutamos. También con ayuntamientos, servicios sociales y con La Caixa, en su programa Proinfancia.