Formar a las Unidades de Atención a las Víctimas de Accidentes de Tráfico (UVAT) porque «están en un contacto muy directo con el dolor». Ese ha sido el objetivo de un curso que ha acogido esta semana el Teléfono de la Esperanza de Málaga, un curso que ha estado a cargo de la psicóloga Aurelia González y de Isabel Quesada, presidenta de la asociación en Sevilla. La formación se enmarca en el proyecto Espacios Verdes, organizado por la Dirección General de Tráfico.

El objetivo consistía en dejar un espacio para que los 21 funcionarios de la UVAT liberaran las emociones y las angustias acumuladas. También ahondar en el conocimiento de las víctimas: cómo son, cómo se comportan y por qué motivo. Esos funcionarios hablaron en el curso de sus experiencias personales.

Las UVAT son las encargadas de contactar con las víctimas de accidentes de tráfico y con los familiares. Este espacio es para ellos, «se han dedicado a los demás todo el tiempo» y ahora es su turno. Les dan las herramientas escritas para que las puedan repasar en un futuro, además de bibliografía recomendada. «Ellos deberán ir trabajando en todo momento esas pautas que ofrecemos, si no no tendría sentido el curso».

Otra de las cuestiones que destaca es la necesidad de poner límites con el trabajo, para que sepan distanciarse en un momento determinado, para que no mezclen y que tengan una vida sana en todos los sentidos; ya que es un trabajo que fácilmente puede trascender a su vida personal.

Los cursos se han dividido territorialmente en tres partes o zonas: la unidades del norte, celebradas en Santandera a principios de mayo; las unidades del sur, celebrada aquí en Málaga; y las del centro, que se van a celebrar en Madrid en junio.

Esa división la ha establecido Tráfico por cercanías. Concretamente, en las del sur vienen de todas las provincias de Andalucía, Cáceres, Badajoz, Murcia, Alicante, Castellón, Valencia, Ceuta y Melilla.

Las UVAT, en cuanto tienen conocimiento de un accidente de tráfico, se ponen en contacto con la víctima y con sus familiares. Entonces les dan apoyo y asesoramiento integral: en temas jurídicos, legales relacionados con los seguros. También prestan asesoramiento psicológico si detectan que una persona necesita ese apoyo y lo derivan al Teléfono de la Esperanza.

Claves para saber actuar. Otro de los grandes problemas es el no saber qué hacer: una persona sufre un accidente de tráfico, en muchos casos con consecuencias muy graves, y surgen preguntas, ¿ahora qué hago? Se dan claves para saber cómo actuar en cada momento .

«No hay tantos colectivos que vivan su trabajo de esa manera», comenta González y aplaude la dedicación de las UVAT.

El Teléfono de la Esperanza ayuda con mediación telefónica, como el nombre indica, a personas que solicitan apoyo. Se hacen talleres y cursos de una amplia variedad: de crecimiento personal, ayudas a los padres para educar, autoestima, relajación, hay un taller de supervivientes de suicidios, duelo, apoyo a mujeres maltratadas, de bioenergética, y un largo etcétera.